La Mesa de los Galanes anticipó el festejo del Día del Amigo para recordar al "Negro" Fontanarrosa

Foto: Télam |

Se cumplen cinco años desde que el escritor y dibujante rosarino ya no comparte las charlas del bar El Cairo. Allí se reunieron los Galanes para recordarlo con ese rito que compartieron y que él inmortalizó en sus cuentos.

Escritor y dibujante, Roberto “El Negro” Fontanarrosa puede ser también definido como alguien que hizo de la amistad un culto y lo plasmó en su propia obra.

Este rosarino murió hace hoy cinco años y por eso sus amigos, esos con los que se congregaba alrededor de una mesa en el bar El Cairo, lo recordaron anoche con una de esas interminables charlas en el mítico bar de la ciudad, con muchas risas y hasta algún lagrimón.

Los que continúan formando parte de “La Mesa de los Galanes”, que se creó junto al ‘Negro’ pero sigue, se reunieron para recordarlo y para recibir a medianoche también el Día del Amigo con un brindis a su nombre.

Carlos Galli, cuyo retrato ilustra la tapa del libro Best-Seller de Fontanarrosa e integrante de “La Mesa...” recuerda esos días de largas charlas junto al ‘Negro’ y los demás ‘galanes’.

“La mesa -rememora el 'Turco' Galli- comenzó a principios de los ’80 en el bar El Cairo, es un espacio donde se habla de todo, de futbol, mujeres y política. Para el ‘Negro’, la mesa era una fuente de inspiración. En un momento tuvimos un equipo de fútbol y el 'Negro' se encargó de hacer el diseño de las camisetas, y como siempre dábamos un paso más, hasta tuvimos un grupo de porristas. Nosotros charlábamos y el tipo estaba laburando, porque aunque se lo piense como alguien con una vida anárquica y bohemia, Roberto era muy meticuloso con su trabajo”.

Otro "galán", el artista plástico Rodolfo Perassi, “Belmondo” para los amigos, realizó para inmortalizar esos encuentros una obra, una mesa que condensa el espíritu de los encuentros. Como patas tiene unas piernas de mujer, además está pintada con los colores de los tradicionales equipos de fútbol de la ciudad, Newell´s y Central, y también tiene una selección de fotos que retratan momentos inolvidables del grupo.

“En la obra que realicé quise hacer una síntesis de todo lo que moviliza a los que formamos el grupo. La mesa es un espacio de encuentro de amigos, -dice Belmondo- donde los chistes y los temas de actualidad se cruzan con las mujeres y el fútbol, recuerdo que en los inicios uno llegaba al Cairo, se sentaba solo en una mesa, se acercaba alguien y se ponía a conversar, en el transcurso de la charla se iba agregando gente, se iban otros, y a veces uno terminaba charlando con un desconocido. En la Mesa de los Galanes todos los temas se disparan para hacer chistes, las cosas serias no se tocan ahí”.

“Los amigos nos seguimos reuniendo -dice Rubén ‘Pitu’ Fernández, actual vicepresidente del Rosario Central tan amado por el Negro Fontanarrosa- dejando de lado los temas de la rutina diaria. A veces al mediodía, a veces a la tardecita. Tuvimos la suerte de compartirla con el Negro, que aunque no esté físicamente, sobrevuela en todas las historias y las anécdotas”.

Carlos “Chiquito” Martorell, dice que este 19 de julio será una reunión donde estarán amigos que ya no viven en la ciudad y que levantarán la copa por un grupo que ha perdurado en el tiempo y comenta: “Somos la línea fundadora, los clásicos, por así decirlo, aunque siempre fue un lugar que iban apareciendo otros, pero los clásicos somos los que perduramos”. Y la figura del “Negro” está impregnada en cada recuerdo, en cada palabra, en cada risa que se desprende de estos galanes.

“Recuerdo que en la reuniones mensuales al ‘Negro’ le encantaba traer un invitado, por lo que supieron pasar algún integrante de Les Luthier, algún jugador de fútbol y hasta los directores técnicos. Aunque era un “canalla” de ley Roberto solía agasajar muy bien a los directores técnicos de Newell´s que compartían su mesa", reconoce el 'leproso' Chiquito.

"Si hay algo imborrable para mí es recordar la cara del Negro cuando regresaba de sus viajes por el exterior y entraba en el bar sonriente, nos traía regalos muy a su estilo, por ejemplo una vez que regresó de Colombia nos trajo una bolsa de hormigas culonas para hacer la picada. En este aniversario no queremos hacer algo necrológico, sólo una reunión de amigos donde se puede reír y disfrutar, aunque siempre hay un melancólico al que se le puede piantar un lagrimón”, sostiene Martorell.

Por Soledad Salinas | Télam