Santa Rosa | Vendedora ambulante reclama un permiso

Hace 17 meses que estamos. Todos los días. Y no nos dan un permiso ni nos dan la esquina que está vacía”, dijo Orlando Velázquez, quien junto a su esposa Yanina Corvalán son vendedores ambulantes que pretenden terminar con la persecución municipal.

Lo que queremos es trabajar tranquilos”, dicen. Orlando vende superpanchos. Es empleado municipal y se las tiene que rebuscar para llegar a fin de mes. Hizo todo con sacrificio, pero no puede obtener el permiso para poder trabajar sin que le labren actas de vez en cuando.

Los mismos inspectores me apoyan. Y están cansados de venir a labrarnos actas”, dice Orlando. “Empezamos en la esquina, pero nos tuvimos que venir a mitad de cuadra”, explicó. Cuando comenzaron a trabajar, le pidieron que tenga una bacha de acero inoxidable. Pidió un préstamo y realizó una inversión de 12.000 pesos. Además le agregó un cerramiento, para una mejor higiene.

Nos hicieron como 60 actas. Pero es porque no nos otorgan el permiso”, afirmó.

Tiene a su cargo cuatro hijos. “Tenía dos de mi pareja anterior, ella tiene uno de 11 años y ahora tenemos al más chico de 4 años”, explicó. Brinda un servicio, pero tiene que hacer un enorme sacrificio. “Desde las cinco y media de la tarde hasta las diez de la noche, un poco más. Y los fines de semana volvemos a las tres y media de la madrugada hasta la salida de los boliches. Con heladas, con lluvia, nosotros trabajamos”, explicó Orlando.

No entiende las trabas que le ponen. Ya sabe que el permiso tiene que salir a nombre de su esposa. “Nosotros pedimos que nos den el permiso. Ahora, la chica que estaba en la esquina ya hace varios meses que no está. Dijo que no iba a trabajar más. Nos enteramos que le quieren dar la esquina a una persona que ya tiene siete carros”, dijo.

Velázquez expresó su rechazo al sorteo de los permisos. “Se anotaron personas que nunca estuvieron antes, ni trabajaron. Es una injusticia”, afirmó.

Uno de los capítulos más curiosos del peregrinaje por los despachos oficiales, Velázquez lo vivió con el viceintendente Ángel Baraybar.

Cuando me presenté como vendedor ambulante me dijo ‘ah, ustedes son un mal necesario’”. Me dijo que la remera Polo que tenía la compró en la feria de la Rural y que, cuando era panadero, él tenía un empleado y que pasaba uno (vendedor ambulante) con una canasta vendiendo a mejor precio. Dijo que echó al empleado y le empezó a comprar al vendedor ambulante”. Baraybar no le solucionó nada después de esas charlas.

Ahora, después de casi un año y medio, Orlando y Yanina dan a conocer su caso. “Todo el mundo nos apoya y nos conoce. Lo único que queremos es un permiso para trabajar tranquilos. Y no quiere estar todas las noches, cuando apoyo la cabeza en la almohada, pensando que me van a sacar”, dijo.
 
El Diario LP

Related

vendedor ambulante 638860706648208308

Publicar un comentarioDefault Comments

emo-but-icon


Clima Santa Rosa


Contacto Comercial: [email protected]

Servicios

Evangelio del Día

Santoral




Visitas de los últimos 30 días a LPDXD

item