Bahía Blanca | El Banco de La Pampa remató una casa, un hombre la compró y la devolvió a su dueña

Escuchá el audio | Una mujer y sus hijos estaban por quedar en la calle por el remate de su vivienda en Bahía Blanca, luego de sufrir una estafa inmobiliaria. Pero un hombre llamado Claudio Del Valle, desconocido para la familia en cuestión, la compró y se la devolvió. La conmovedora historia.




El amor existe. Sino, cómo se explicaría tal demostración de solidaridad desinteresada. La historia que ocurrió en Bahía Blanca conmueve a todo el país y muestra que Argentina es un país ‘con buena gente’”, describió este jueves diarioregistrado.com.

Silvina Corzo y sus dos hijos estaban a un paso de quedarse en la calle. La habían estafado con la escritura de su casa y el Banco de La Pampa, que tiene surcusal en Bahía Blanca, había dispuesto el remate de la vivienda.

En la operación, Claudio Del Valle ofertó por 71 mil pesos y se adjudicó la propiedad. Pero luego se acercó a Silvina y le dijo: "Quédese tranquila, yo compré esta casa para ustedes". La mujer, emocionada, destacó: "es un enviado de Dios. Nadie hace algo así hoy en día. Le voy a estar agradecida de por vida".

"Me dijo que nos quedemos tranquilos, que podemos ir devolviéndole la plata de a poco, como podamos. Antes de irse a su ciudad, vino a mi casa a tomar mates y ver como estaba mi mamá, que se descompuso en el Colegio de Martilleros por la situación", mencionó la mujer.

Conmovedor

Silvina Corzo es empleada doméstica y mamá de dos hijos, a quien, exactamente el pasado martes al mediodía, pese a los enfervorizados reclamos de un numeroso grupo de vecinos, amigos y familiares que la acompañaban, le remataron su vivienda en el Colegio de Martilleros.

Pero este no es el primer "guiño" que recibe en los últimos meses: el pasado 2 de julio, mientras caminaba junto a su hija por el sector de las vías del ferrocarril próximas al paso a nivel de Don Bosco, fue arrollada por un tren de cargas y milagrosamente ambas salvaron sus vidas.

El martes a la mañana todo era llantos y desesperación en el hogar de Enrique Julio 1647, donde Silvina, que está separada, vive con sus hijos Brian, de 13 años, y Camila, de 8.

"Vinieron personas del Banco de La Pampa junto a posibles compradores a observar la casa. Sabía que había una deuda, que encima no era mía, porque compré el terreno en buena ley y luego me enteré que me habían estafado", recordó, sin poder dejar de llorar describió el diario La Nueva Provincia sobre el caso.

"Pensaba en mis hijos, que nos quedábamos en la calle y en cómo les explicaba esa situación tan traumática", agregó, aún en estado de shock.

Según el relato de Miguel, su cuñado, en 1997 Silvina adquirió un terreno a un "supuesto" vendedor y recibió el boleto de compra-venta, aunque dichas tierras en realidad pertenecían a una inmobiliaria.

Poco después, con mucho esfuerzo, iniciaron la construcción con la ayuda de toda la familia y hace apenas unos meses finalizaron con el baño y la instalación del gas y otros servicios.

En tanto, la inmobiliaria mantenía una deuda con el Banco de La Pampa que terminó en remate, pese al recurso de amparo interpuesto por Silvina.

Vecinos, amigos y familiares se reunieron el martes a la mañana para darle apoyo a esta mujer, mientras ella continuaba en medio de una crisis de llanto. La subasta, pautada para las 12, finalmente se concretó.

Entre quienes habían visitado la vivienda como posibles oferentes se hallaba Claudio del Valle, oriundo de Puan, dedicado al transporte y a la compra-venta de propiedades.

El hombre observó detenidamente el panorama y se marchó en silencio. Así se mostró hasta iniciada la subasta, que comenzó en medio del griterío de voces en contra e incluso del desmayo de la madre de la mujer -que debió ser asistida por una ambulancia- con una base de 2 mil pesos y luego fue trepando a 10, 15, 25, 50 mil pesos...

Alguien ofertó 70 mil y ahí fue cuando Del Valle se paró frente a la silla, levantó la mano y ofertó 71.000 pesos. La cifra no fue superada y el martillero la dio por vendida. Segundos después se dirigió a Silvina: "La compré para que no la perdieras", le dijo.

Aplausos, abrazos y llantos, esta vez de alegría, invadieron la sala. "Un rato antes buscaba un milagro y lo encontré. Dios puso a este hombre en mi camino", dijo Silvina a La Nueva Provincia.

Miguel, su cuñado, aportó: "Somos cristianos y sabemos que tenemos un Dios que nos cuida y nos protege. Hay gente que todavía tiene corazón", sostuvo.

"Claudio nos dio todas las facilidades para devolver el dinero de a poco. Somos muchos y lo podremos concretar. Pero lo más importante es que esta persona nos dio toda la tranquilidad del mundo después de haber padecido un día terrible", agregó.

Silvina regresó a su casa y esperó a que sus chicos volvieran del colegio para contarles que todo estaba en orden. "Ellos no vieron lo que pasó. Y eso no tiene precio", concluyó.

No es la primera vez que Claudio del Valle se ve sensibilizado por una familia a la que le están por rematar su vivienda. "En este caso el panorama era muy triste porque había chicos de por medio. Tengo tres hijos y ojalá nunca deban atravesar una situación semejante", reflexionó.

¿Cómo me siento? Satisfecho. Es una acción que a mí no me cambia, pero sí a esta madre", dijo, para anticipar que al otro día, ya más relajados, se encontraban en Enrique Julio al 1600 a tomar mate. En la casa de Claudio, que es la casa de Silvina.
El Diario LP / Cadena3

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