Santa Rosa | Coopeplus: fuerte reclamo de los recicladores a la Municipalidad

Los trabajadores de la Coopeplus, que se dedica a las tareas de reciclado en el relleno sanitario de Santa Rosa, esperan “que la Municipalidad se haga cargo” de la actividad. Ese es su norte más claro, según explicó Julio Dianda, uno de los referentes de los trabajadores. (Foto Archivo)

Dianda contó que la actividad mejoró notablemente en los últimos años: algo más de 30 trabajadores están organizados y perciben entre 1.500 y 2.000 pesos por quincena.

De todos modos, trabajan con una visible precariedad: no tienen obra social ni asistencia médica, no cuentan con seguro contra todo riesgo y necesitan ropa básica para el trabajo que hacen, además de una renovación de la maquinaria que utilizan.

Dianda indicó que, al menos por ahora, los trabajadores no ven con buenos ojos la posibilidad de formalizar una cooperativa, ya que tampoco se han capacitado para esa cuestión. “No es nada fácil formar una cooperativa, y menos para trabajar con la basura”, dijo durante una entrevista que le hicieron en el programa radial “Gastando el Mazo” (www.radiokermes.com).

Ni ropa ni seguro

Dianda recordó que el comienzo de la Coopeplus “fue duro, se tomó un montón de personas y la planta no anduvo y se vino un poco abajo porque no se escuchaba a los empleados. Ahora está funcionando muy bien”.

Contó que “trabajamos entre las seis de la mañana y el mediodía o entre el mediodía y las seis de la tarde (se turnan los horarios). Reciclamos donde descargan los camiones del EMSHU y separamos nosotros; la Municipalidad nos pone la pala para remover un poco la basura y sacar el cartón, el papel, el plástico. Son grupos de trece o catorce personas”.

“La basura llega ordenada muy de vez en cuando, casi de casualidad. Algún día puede ser. Pero no se difunde la separación, se tendría que hablar más para que esa separación ya llegue al relleno. Sería también más sencillo para nosotros”, indicó Dianda.

Respecto de la indumentaria que utilizan, señaló que “tenemos guantes nomás, y barbijos, que ahora nos provee la Municipalidad. Nos faltaría ropa, botines, gorros, que no tenemos. El contacto con la basura puede generar enfermedad y, además, nos encontramos con residuos peligrosos, fierros, chapas oxidadas, o vidrios”.

Incluso, no tienen cobertura médica, ni obra social ni ART. “Creo que habían puesto un seguro de la Municipalidad pero no tenía mucha validez. Si te llegaba a pasar algo, el seguro no te lo cubría”, dijo Dianda. Explicó que hubo un encuentro de delegados para conseguir un seguro contra todo riesgo: “A veces es arriesgado el laburo; si te llega a pasar algo...”.

Ventas y capacitación

Al relleno llegan también residuos de clínicas, sanatorios y centros odontológicos. “Llega lo que es de la basura de noche. De día no, porque la juntan. Pero el hospital creo que los tira en los pozos, lo otro no se junta. Viene lo de clínicas, sanatorios del centro”.

Acerca de la capacitación prevista en el convenio con la Municipalidad, precisó que “la hicieron algunos compañeros, no todos. Se hizo una o dos veces y después no se hizo más. No avisaron más, no se habló del tema”.

Las ventas se hacen cada quince días. “Se vende bastante en Santa Rosa, sobre todo cartón prensado a la cartonera de la Pilcomayo. Serán unos 70 fardos de unos 200 kilos. Ahora hay incremento en la producción, se está levantando mucho. Por el fardo están pagando 95 centavos el kilo”, detalló Dianda.

El vidrio se vende afuera de la ciudad. Los trabajadores cobran por hora y por día. Cuando se vende todo, se reparte lo recaudado. “No tenemos un sueldo estable, pero nos alcanza para vivir”, apunta Dianda.

“Este último tiempo se ha acercado mucha gente a pedir trabajo, si pueden entrar, pero como está hecho el convenio no se puede tomar más gente, a no ser que exista un permiso de la Municipalidad o de los funcionarios, como (el secretario de Obras Públicas) Javier Schlegel”, explicó.

Insistió en que “a nosotros no nos conviene hacernos cooperativa, sino que la Municipalidad se encargue de la planta, para tener un sueldo fijo y ser empleados del EMSHU o de alguna empresa. Es la visión que tenemos todos”.

Recordó que antes de irse de la Intendencia, Francisco Torroba “dejó un contrato hecho y (Luis) Larrañaga lo rompió. Se hizo un nuevo convenio después de nuestras protestas. El convenio anterior era mucho más beneficioso, otra idea, incluía un sueldo”. El convenio actual es por cinco años más.

Acerca de los reiterados sabotajes, afirmó: “No sabemos de dónde viene, ojalá supiéramos. No hubo avances ni investigación. Hace poco robaron, y vinieron y miraron lo que faltaba. Nosotros no tenemos ni idea, no tenemos sospechas, entra mucha gente, muchos muchachitos...”.

“Nosotros tratamos de trabajar sin mirar para atrás ni para los costados. Intentamos que la Municipalidad se metiera un poco más porque nos hace falta una prensa más grande, un zampi para llevar cartones y demás, y la indumentaria de trabajo. Nos pusieron un contador de la Municipalidad, que es una buena idea, nos sirve para capacitarnos. Lo que queremos es que la Municipalidad se haga cargo de nosotros de una buena vez”.

 

El Diario LP