Mundial Brasil 2014 | Las grandes rivalidades

Las más importantes rivalidades que podrían verse en la Copa del Mundo de Brasil

Clásicos. Todos los equipos tienen un adversario odiado e incluso algunos tienen dos. Cada partido entre rivales históricos tiene un alto contenido de morbo y conlleva una gran tensión para jugadores e hinchas. En la Copa del mundo, sería espectacular ver alguno de estos choques.

Brasil-Argentina

En el fútbol internacional, e incluso en cualquier otro deporte, no hay un partido mejor que Brasil-Argentina. Los dos países sudamericanos comparten frontera y su calidad de superpotencias en el fútbol mundial, con siete títulos del mundo y 22 continentales entre ambos. Sin dudas, este será el encuentro que todos sueñan con disfrutar en la Copa del Mundo 2014, sobre todo porque se juega en Sudamérica.

Este clásico no sólo se basa en la cercanía, sino también en una competencia feroz y una gran controversia histórica. Ambas asociaciones no logran ponerse de acuerdo en cuántos partidos han disputado desde el primer choque oficial en 1914, cuando Argentina ganó un amistoso jugado en Buenos Aires. En el mismo lugar, siete días después, Brasil ganó el segundo encuentro y desde esos días todo ha sido muy parejo. Los regristros de la FIFA indican que se han enfrentado en 95 ocasiones, con 36 victorias para la Albiceleste, 35 para la Canarinha y 24 empates, aunque esos datos cambian según de qué lado de las cataratas del Iguazú uno se encuentre.

Los desacuerdos no acaban aquí, todo lo contrario, es sólo el comienzo. El eterno debate por el título de jugador más grande de todos los tiempos nunca se decidió y probablemente no se definirá jamás, aunque las opiniones de Pelé y Diego Maradona, a ambos lados de la frontera están muy establecidas.

En uno de los incidentes más extraños de todos los tiempos, el brasileño Branco denunció haber sido drogado por los argentinos en el partido de octavos de final en Italia 1990, cuando el jugador brasileño tomó agua de uno de los bidones del equipo albiceleste. En 1978, cuando Argentina ganó el título mundial por primera vez, también hubo polémicas tras el enfrentamiento de segunda ronda que culminó 0-0. Después de ese empate, el local enfrentó a Perú y lo venció por 6-0, cuando necesitaba una goleada para llegar a la final.

Los equipos se han enfrentado 33 veces en la Copa América, donde Argentina tiene una importante ventaja a pesar de las últimas conquistas del Scratch. Además, chocaron cuatro veces en Copas del Mundo, donde Brasil salió victorioso en dos ocasiones. El último clásico mundialista fue en 1990, cuando en Italia, Diego Maradona celebró el triunfo en un histórico partido. Ahora, todo el planeta sueña con ver este espectacular enfrentamiento en el primer sudamericano desde Argentina 1978, donde también chocaron, con un empate sin goles.

Si ambos ganan su grupo, sólo podrían verse las caras en la final del Maracaná, lo que sería uno de los momentos más espectaculares de la historia del fútbol.

Francia-Italia

No es extraño que las más acérrimas rivalidades estén basadas en cuestiones geográficas. Brasil y Argentina son vecinos en Sudamérica, Estados Unidos y México en América del norte e Inglaterra y Escocia en Gran Bretaña. Alemania, en cambio, tiene muchos adversarios clásicos, por su ubicación central en Europa.

Francia e Italia vieron crecer su odio en los últimos años, sobre todo después de la final de Alemania 2006, el histórico cabezazo de Zinedine Zidane a Franco Materazzi y las declaraciones del entrenador galo Raymond Domenech. Como para hacer crecer la tensión, ambos equipos compartieron zona en la Euro 2008, cuando Domenech recordó un hecho que parecía enterrado, al acusar a los directivos italianos de arreglar un partido de clasificación a los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. El ídolo italiano Del Piero respondió sin perder tiempo: "Estas acusaciones son todos los días y no nos molestan".

En Brasil 2014, sólo podrían enfrentarse en la final si ambos ganan su zona, pero si uno sale primero y el otro segundo, el choque podría darse en semifinales.

Alemania-Holanda

La rivalidad entre holandeses y alemanes por lo general se dice que comenzó en la Segunda Guerra mundial. Pero esto es falso, ya que esta animosidad en la cancha fue provocada por la histórica final de la Copa del Mundo 1974, en la que la Naranja mecánica dominó y se adelantó 1-0 en el inicio del juego, aunque el Fútbol Total del conjunto de Michels no se vio en todo su esplendor y Alemania Federal finalmente ganó 2-1.

Holanda logró tomarse revancha en la Eurocopa de 1988, nuevamente como visitante. Los dos protagonistas chocaron en la semis y fue el equipo de Gullit y Rijkaard el que dio vuelta el resultado y triunfó por 2-1. Tras esa victoria, el combinado naranja logró el único título internacional del país.

Tras ese partido, los problemas estallaron en la frontera. Los estudios mostraron que el sentimiento anti-alemán en las generaciones jóvenes era aún más alto que el registrado después de la Guerra. Esto demuestra una vez más que un partido de fútbol es capaz de revivir odios que parecían enterrados.

El encono creció sin para desde aquellos días y uno de los momentos de mayor tensión se vivió en Italia 90, cuando el mediocampista holandés Frank Rijkaard escupió en dos ocasiones a Rudi Völler en un partido de cuartos de final, que culminó con el triunfo teutón por 2-1.

En este Mundial, se verían las caras sólo en semifinales o en la final.

Inglaterra-Alemania

Como alguna vez dijo Gary Lineker, "el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y al final siempre gana Alemania".

El segundo máximo goleador inglés de la historia habla por experiencia, ya que sufrió una de las peores derrotas en un clásico que se remonta a los años 30. Sesenta años después, Lineker y el resto de los hombres de Bobby Robson fue frustrado por "Die Mannschaft" en Italia '90, tal y como Ron Greenwood había sido derrotado en 1982 y Sir Alf Ramsey en 1970.

La victoria de Alemania en México 70, después de ir abajo por 2-0, fue una venganza de la polémica final de 1966. Tras aquella mágica tarde en Wembley, hubo más frustraciones que alegría para los británicos ante sus enemigos alemanes. Sólo una goleada 5-1 en 2001 aparece como la único gran noticia para Inglaterra.

La Rubia Albión y la Nationalmaanschaft sólo podrían jugar en semis o en la final y todos los ingleses sueñan en que se repita el 4-2 logrado en 1966. La esperanza es lo último que se pierde.

España-Italia

Durante décadas los italianos se sintieron superiores (y lo fueron) a los españoles, que veían cómo sus vecinos transalpinos conseguían títulos mientras ellos quedaban relegados una y otra vez. Sin embargo, en los últimos años la Roja se convirtió en la Selección más exitosa del mundo y eso hizo crecer esta rivalidad.

El gran momento español comenzó con un triunfo sobre Italia, justamente. En la Euro 2008, el Seleccionado que dirigía Luis Aragonés eliminó a la Azzurra en cuartos de final y se sacó un estigma, entendió que podía dar pelea en serio. Luego, ganó ese torneo, el Mundial 2010 y también la Euro siguiente, con una gran goleada 4-0 sobre Italia en la final.

En Mundiales chocaron en tres ocasiones. En 1934, empataron 1-1 un polémico partido en el que para muchos los árbitros favorecieron a la Selección de Mussolini. En el desempate, el conjunto local ganó 1-0 en la llamada "Batalla de Florencia". Volvieron a cruzarse 60 años después, cuando en Estados Unidos Italia ganó 2-1. Aquel duelo será recordado por siempre por el codazo de Tassotti Luis Enrique.

Si ambos ganan su zona, sólo podrían jugar en la final, pero si uno sale segundo y el otro primero, chocarían en cuartos de final.

Estados Unidos-México

Los Seleccionados de América del Norte no tienen el poderío de los europeos o los sudamericanos, eso está claro. Sin embargo, las rivalidades tienen la misma tensión en cualquier continente.

México y Estados Unidos son los dos mejores equipos de la CONCACAF y como tales, casi siempre definen los torneos continentales de todas las categorías. El equipo azteca tiene una pequeña ventaja histórica sobre sus hermanos del norte, aunque en los últimos años el Soccer se ha convertido en fútbol y los estadounidenses crecieron muchísimo.

El último gran enfrentamiento mundialista entre ambos fue en los octavos de final de Japón-Corea 2002, cuando el conjunto de Bruce Arena sorprendió al planeta y venció con claridad por 2-0 a su clásico adversario, que llegaba como uno de los candidatos a llegar lejos en el primer torneo asiático.

Desde aquel día, cada choque es una revancha para México. En la última Copa de oro, el Tri obtuvo una goleada 5-1 que hizo olvidar aquella derrota, aunque sólo un triunfo en una Copa del mundo servirá para apagar ese dolor en forma definitiva.
 
ESPN

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