Santa Rosa | Caso Turrión: Empezó el juicio por el crimen de Riglos

En la Ciudad Judicial comenzó este lunes el juicio por el crimen de Cristian Turrión (36). El acusado es su hermano José (19), quien en la primera audiencia pidió disculpas por la huelga de hambre que obligó a postergar el debate. "No tengo nada que agregar", dijo sobre el caso. Los testimonios coincidieron que ambos tenían planeado iniciar trabajos de fumigación y que habían comprado una fumigadora que debían pagar. La madre aseveró que la víctima había recibido amenazas.  

José Turrión, de profesión empleado rural, está acusado por el homicidio de su hermano Cristian, ocurrido el 5 de septiembre de 2013 en una vivienda de la calle Chaco, de la localidad de Miguel Riglos.

"Quiero pedir disculpas por la huelga de hambre y no tengo nada que agregar, me remito a lo que dije en la instrucción", dijo este lunes el acusado, ante los jueces Daniel Sáez Zamora, Florencia Maza y Carlos Matei.

El tribunal que lleva adelante el juicio está conformado por Carlos Mattei, Florencia Maza y Daniel Sáez Zamora. El acusado es asistido por el defensor Martín García Ongaro.
 
La venta de un auto
El primer testigo que declaró fue Dante Gastón Alvarez, un vecino de Alpachiri. Dijo que a José Turrión le compró un auto marca VW Gol, unos días antes del hecho.

"Me contacté por un primo de él, Juan Manuel Turrión. Le compré un Gol bordó modelo 2000. No lo llevé porque faltaba firmar el 08. Me dijo que tanto ese Gol como otro que tenía su hermano Cristian los tenían como ahorro y que los vendían para pagar una fumigadora que habían comprado", relató.
 
"La relación entre ellos era perfectísima"
Luego declaró Ricardo Aníbal Turrión, padre del acusado y de la víctima. Contó que vivía con José Turrión y que la relación entre los hermanos era "perfectísima".

"Se veían seguido. La noche del crimen José llegó a la 1.20 y a la 1.30 se fue en el auto de él. Salió con un pantalón y un par de zapatillas. Me dijo que se iba a Villa Maza", recordó.

"José quería vender el auto de él, un Gol blanco, para pagar la máquina fumigadora", afirmó.

"José lloró cuando se enteró"

Posteriormente declaró Walter Villa, conocido de José y compañero de trabajo en tareas rurales. Aseguró que "la relación entre ellos era buena" y que él fue quien acompañó al acusado hasta el destacamento policial de Miguel Riglos, luego de la muerte de Cristian.

"Lo llevé hasta el destacamento, pasamos por la casa, pero no paramos porque estaba vallada. José lloró cuando la policía le dio la noticia", dijo.


"Hacían negocios juntos"

Alicia Silvana Turrión fue la cuarta testigo. Ella es hermana de Cristian y José y habló de la relación entre ambos.

"José es una buena persona. No tuvimos problemas de ninguna clase. Con Cristian era muy poca la relación que tenía yo. Pero por lo que sé Jose y Cristian tenían una buena relación, se veían seguido porque tenían un negocio juntos", dijo.


"Cristian había sido amenazado"

En tanto, el cuñado de ambos, Rubén Horacio García, reveló que Cristian Turrión habia sido amenazado días antes del crimen y por eso había cambiado la cerradura de la casa y tenía un perro "bravo".

Confirmó que los hermanos habían comprado una fumigadora y que iban a viajar juntos a Córdoba a buscar la máquina.


"Lo habían amenazado"

La madre de los Turrión, María Ester Navarlaz, declaró que Cristian había sido amenazado y que previo a su muerte le habían incendiado la casa. También afirmó que había comprado una fumigadora y que debían pagar la primera cuota en Huinca Renancó.

"El había sido amenazado. Me dijo que si le pasaba algo el dinero estaba guardado en un lugar", contó.

"El solia discutir con alguien, pero no sé con quién. Antes (del crimen) le habían querido incendiar la casa", agregó.


El crimen

José Turrión llegó a este juicio acusado de "homicidio cometido con alevosía mediante el uso de arma de fuego". La víctima, Cristian Turrión, de 36 años, empleado municipal, fue asesinado en la cocina de su casa, en la calle Chaco al 283, de Miguel Riglos. Tenía un balazo en la cabeza y lo encontró su madre.

En un principio la Policía pensó que se trataba de una muerte accidental, pero el médico forense confirmó que fue una "muerte violenta". Las pericias también confirmaron que el hombre fue asesinado de espalda y que el homicida estaba junto a él y no afuera de la vivienda, como se había deslizado en un principio.


La compra de la fumigadora

Cristian Turrión era empleado municipal de mañana y de comercio por la tarde y tenía en mente dedicarse junto a un hermano a la fumigación. Había comprado una máquina fumigadora.

Este fue un dato clave para los investigadores. Las pruebas recolectadas llevaron a la detención del hermano. "No tengo ninguna duda de que fue el hermano. Las pruebas son muy contundentes", dijo en aquella oportunidad a Diario Textual el fiscal Carlos Ordás.

"Ellos habían comprado una máquina fumigadora. Debían pagar 320 mil pesos y tenían que ir a Huinca Renancó a dejar un anticipo. Cristian había juntado el dinero, pero su hermano no. Ese podría haber sido un motivo de discusión que terminó con el asesinato", deslizó Ordás.


Un intento por despegarse del crimen

En su declaración, el sospechoso intentó despegarse del crimen y negó que haya estado en el lugar del asesinato. Dijo que nunca estuvo en Miguel Riglos. Pero para la Justicia existieron "pruebas contundentes" que lo incriminaron. Por eso, el juez Néstor Ralli hizo la formalización de la acusación de homicidio agravado por alevosía y le dictó la prisión preventiva hasta el juicio, que comenzó hoy.

Hoy martes, desde las 9, se realizará la segunda audiencia del debate oral.

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