Australia | Murieron el atacante y dos rehenes en la toma de rehenes de la cafetería de Sydney

MIRÁ LOS VIDEOS Un islamita mantuvo retenidos a los clientes de una cafetería durante 16 horas. Entre los fallecidos está el atacante. En total, fueron 17 los rehenes, seis de los cuales resultaron heridos. 

La policía australiana puso fin este martes a la toma de rehenes en un café del centro de Sídney, que se saldó con tres muertos, entre ellos el secuestrador, un "islamista radical" que actuó en solitario
Después de 16 dramáticas horas, la policía de Sydney irrumpió hoy a los tiros en un café del centro de la mayor ciudad de Australia y puso fin a una toma de 17 rehenes, en una operación en la que murieron el agresor, identificado como un musulmán radical, y dos de las personas que mantenía cautivas.

"El asalto de Sídney ha terminado", anunció la policía en Twitter poco antes de las tres de la mañana hora local (16H00 GMT de este lunes), más de 16 horas después de que comenzara la toma de 17 rehenes en el Lindt Chocolat Cafe.
La policía entró en el café, donde aún había una docena de rehenes, tras oír varios disparos, y una vez allí se tiroteó con el secuestrador, un asilado iraní de unos 50 años con antecedentes de violencia de género, dijo el comisario Andrew Scipione en conferencia de prensa difundida por la cadena pública de noticias local ABC.

Scipione agregó que dos rehenes, un hombre de 34 años y una mujer de 38, fallecieron por heridas de bala, aunque evitó dar precisiones sobre dónde se originaron esos disparos y prometió abrir una investigación.
La operación policial dejó además seis heridos, de los cuales cuatro fueron internados.

Una mujer recibió un disparo en el hombro, mientras que un policía fue herido con un perdigón en la cara, según informó un comunicado de la fuerza, difundido por ABC poco antes de la conferencia de prensa de Scipione.
Durante la jornada, cinco rehenes habían conseguido escapar del local.

"Fue un incidente aislado, un acto de un individuo. Esto no va a cambiar la forma en la que vivimos", sentenció el comisario australiano, sin dar ninguna explicación sobre las causas que podrían haber movido al agresor a actuar de esa manera.

El primer ministro, Tony Abbott, tampoco se adelantó a sacar conclusiones sobre lo que sucedió y se limitó a enviar un mensaje desde su cuenta de Twitter en el que aseguró que sus "pensamientos y oraciones están con las familias de los dos rehenes fallecidos, los heridos y el restos de los rehenes".

Imágenes tomadas por cámaras de televisión apostadas a sólo unas cuadras del café mostraron el momento en que los policías irrumpieron en el lugar, un café de la cadena Lindt. Las ventanas se iluminaron de forma intermitente al ritmo de una serie de ráfagas de disparos, que duraron poco menos de un minuto.

Inmediatamente después, comenzaron a salir los rehenes, quienes fueron recibidos por los equipos médicos y los policías desplegados en el lugar, según mostró la cadena de noticias CNN.

Más tarde, la policía envió un robot que corroboró que no había ninguna bomba en el café -como había asegurado el atacante-, anunció que levantaba el vallado que había cerrado parte del centro de la ciudad durante casi un día e identificó al agresor como Man Maron Monis, un iraní de 50 años exiliado en Australia

Escapó de su país en 1996 y pidió asilo en Sydney, donde dejó su nombre, Manteghi Bourjerdi, se convirtió de la rama chiita del islam a la sunnita y comenzó a referirse a sí mismo como un clérigo, según informes de medios locales citados por la agencia de noticias EFE.

Una de las primeras cosas que hizo cuando tomó por la fuerza el café, situado en la zona céntrica de Martin Place, fue ordenar a dos rehenes que colocaran en la ventana principal una bandera negra con una leyenda en árabe que rezaba: "No hay otro Dios que Alá, y Mahoma es su profeta".

Pese a que algunos medios internacionales vincularon esta bandera con la milicia extremista Estado Islámico (EI), que controla más de un cuarto de los territorios de Irak y Siria, se trata una tradicional declaración de fe musulmana, también conocida como la "sahada".

Pero el posible vínculo con un grupo islamista radical internacional encendió todo tipo de alertas en la capital de Australia, uno de los países que está bombardeando posiciones del EI en Irak como parte de una coalición liderada por Estados Unidos.

La embajada norteamericana, ubicada muy cerca del café tomado, y la famosa Opera de Sydney fueron evacuadas y cerradas, al igual que gran parte del centro de la ciudad.

En medio de este clima de creciente tensión, distintas autoridades y referentes de la comunidad musulmana repudiaron la vinculación entre la toma de rehenes y el Islam.

"El gran muftí y el Consejo Nacional de Imanes de Australia condenan este acto criminal de forma rotunda y reiteran que este tipo de acciones son censuradas parcial y totalmente por el Islam", sostuvo el gran muftí Ibrahim Abu Mohammed en un comunicado.

Otros referentes de la comunidad musulmana, citados por ABC, destacaron que ningún grupo significativo consideraba a Monis como un clérigo.

El iraní devenido en presunto líder religioso tenía un proceso judicial abierto por acoso sexual contra una mujer que había respondido hace 14 años a un aviso de diario, en el que Monis se presentaba como un experto en astrología, numerología, meditación y magia, de acuerdo a los medios australianos.

Más tarde, volvió a los tribunales, tras participar en varias protestas contra la presencia de tropas australianas en Afganistán. Se declaró como un activista pacífico, pero la Justicia lo condenó a 300 horas de servicio comunal.

En 2009 tuvo más problemas con la ley, cuando la policía lo acusó de ser cómplice en el asesinato de su ex esposa, un cargo que finalmente no prosperó.

Según el hombre que fue su abogado durante ese proceso, Manny Conditsis, "su ideología era tan fuerte y poderosa que nublaba su sentido común y su objetividad", reprodujo hoy el diario británico The Guardian.

Un país en alerta

Australia ha estado en alerta en las últimas semanas por el temor del gobierno a que algunos de sus ciudadanos que luchan junto a los yihadistas del grupo Estado Islámico en Irak y Siria puedan cometer ataques a su regreso al país.

Tras convocar al comité de seguridad nacional, el primer ministro australiano, Tony Abbott, mencionó la existencia de "elementos que apuntan" a un acto "con motivaciones políticas".

En ese sentido, el lugar elegido para la toma de rehenes no sería fruto del azar.

Martin Place, el barrio donde está situado el café, es un centro financiero y alberga varios edificios públicos como el Parlamento de Nueva Gales del Sur y el Banco Central, y sedes diplomáticas, como la embajada de Estados Unidos.

El incidente coincide con el arresto en Sídney de un hombre de 25 años que según las autoridades podría formar parte de un plan para cometer atentados en territorio australiano.

El jefe de la policía del estado de Nueva Gales del Sur dijo que no le parece que ambos casos estén vinculados.

En septiembre, el gobierno decidió aumentar el nivel de alerta por amenazas terroristas y la policía llevó a cabo operaciones antiterroristas en todo el país, en las que sólo se acusó a dos personas.

Télam | Cadena3


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