El Indio Solari, más fundamentalista que ricotero, sacudió a Mendoza

La gran concurrencia superó los cálculos de los organizadores, que levantaron la taquilla para que nadie se quedara sin celebrar. (Foto:

San Martín. Anoche, a las 21.30, el autódromo Ciudad de San Martín se transformó en epicentro de una nueva misa ricotera en Mendoza, la segunda en quince meses, que el Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado animaron para más de 120.000 fanáticos de diversas ciudades del país aunque el propio Indio aseguró después que eran 150 mil los asistentes y les dijo: “Son unos talibanes, cómo se gastaron tanta plata para venir al recital y no guardaron para las fiestas”.

A los pájaros que cantan sobre las selvas de internet fue el tema con que el entrerriano de 65 años abrió el concierto que reunió casi a tanto público como en setiembre de 2013.

Solari se mostró inspirado y muy gestual al momento de interpretar una lista de temas en donde sobresalieron sus canciones de la etapa solista, aunque sorprendió con temas ricoteros que según él "pocas veces hemos tocado en vivo".

Entre ellas, se destacaron Drogocop y El pogo del Payaso Asesino -de Último bondi a finisterre-, aunque Una piba con la remera de Greenpace -de Momo Sampler-, pareció un golpe directo al cuore ricotero.

Y no porque Etiqueta Negra, Fuegos de Oktubre y Todo un palo sean menos -¡por el contrario, son más clásicos!-, sino porque aquellas dos apenas si fueron tocadas por Los Redondos cuando se presentó la anteúltima placa de Patricio Rey, allá por 1998 en cancha de Racing.

Al promediar el show, Indio avisó que "estaba medio maricón esta noche" y dedicó una misma canción a "dos ricoteros que se nos fueron". Así recordó a Soledad, la hija del periodista Tití Fernández, que era una fiel seguidora suya y que perdió la vida en un accidente automovilístico en julio, cuando volvía de Brasil. Y también nombró a una pareja amiga, aunque se quebró y no pudo decir más que "ellos saben por qué".

La canción siguiente fue Nike es la cultura, oda adolescente sobre los caprichos de "tener 13 o 15, las Jordan son para mí".

Hubo quejas de sonido, de los rezagados del fondo. Aunque cierto es que no estuvieron esta vez las pantallas con sonido dispuestas en el predio, como hace un año en Mendoza y en abril en Gualeguaychú. Adelante, el sonido despeinaba y se escucha clarito.

Así se lucieron sus músicos. El guitarrista Comotto en solos de sonido "podrido" -como Vuelo a Sidney o Etiqueta Negra-, Gaspar Benegas al cantar casi a dúo con Solari Pabellón séptimo -allí también al Indio lo atragantó la emoción-, y Pablo Sbaraglia "al tocar la mandolina" a decir del propio Indio. Atrás, en las baterías, la polenta de Carrizo y el director Aramberri, y a los costados los vientos de Talarita y Colombo, exultantes en Drogocop, To beef... y Juguetes perdidos.

Promedia el recital, Indio avisa: "Esta canción no la hacemos desde la época de los pubs, creo". Y suena el inédito Roxana Porcellana, y la monada delira y salta con el estribillo. Pero Solari nunca deja de volver a sus canciones, las que más le gustan.

Chau Mohicano, Amok Amok -del último cd-, Mi caramel Machiato, Pedía siempre temas en la radio, Por qué será que no me quiere Dios, Torito es Muerto, y algunos nombrados ya en esta crónica. Una lista de temas que al fundamentalista le gustó mucho, y no tanto al ricotero.

Aunque los organizadores esperaban 50.000 espectadores, los ricoteros superaron largamente las expectativas y a las 22.10, tras algunos incidentes con heridos por piedrazos, se levantó la taquilla y casi la mitad del público ingresó sin pagar.

Ídolo

Miles de fanáticos de todas las edades comenzaron a ovacionar al gran héroe de la jornada cuando pisó el escenario. Banderas con leyendas ingeniosas, remeras que reflejan el amor y el fanatismo hacia Solari sirvieron para arrancar la fiesta en San Martín.

Claro que llegaría un momento donde la mayoría de los presentes enloquecieron un poco más. Fue el momento exacto en el que se escucharon los primeros acordes de Pabellón Séptimo, tema incluido en el primer disco solista del Indio, “El tesoro de los inocentes”. Igualmente la extensa lista de temas hizo pasear a todos los ricoteros por un tour nostálgico, porque el cantante eligió varios temas de la primera época de Los Redondos.

Las banderas del corazón

Se sabe que cuando un show del Indio comienza a entrar en la recta final hay temas clásicos que son inamovibles. Tal es el caso de Juguetes perdidos.

El pogo más grande del país

Como es habitual cada recital del Indio finaliza con JiJiJi, canción clásica de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota que se ha transformado en el cierre épico en cada recital. Por ello la locura se desató cuando el cantante anunció que se venía el tema más esperado por todos en la noche.

Otra vez el terremoto ricotero hizo sacudir Mendoza y el epicentro estuvo en el Este de la provincia.

Cada minuto de la previa se vivió con gran fervor e intensidad

A las 15, con 32°C y a pleno sol, en los canales de San Martín se podía ver a acalorados hombres y mujeres de las localidades más diversas del país tratando de refrescarse en el agua. Algunos se animaban apenas a mojarse los pies, pero otros se arriesgaban más y se metían enteros, luchando contra la correntada. No hubo accidentados, al menos hasta ayer a la tarde, a pesar del riesgo potencial y de que muchos no estaban sobrios. “¡Foto, vieja, fotooo!”, repetían todos, en todos lados, cada vez que se acercaba una cámara. Los grupos ya estaban mezclados. “Somo de Quilmes, viejitaa!” grita uno que está al lado de otro de Montegrande y junto a varios tucumanos.

A pesar de que algunos han improvisado el viaje, a la hora del asado todo es mucho más estudiado: “Vengo de Necochea y somos una banda”, cuenta un morocho mientras les pone limón a unos riñoncitos que se cocinan lento al lado de un pollo y de una apetitosa tira de asado de 2 kilos. El calor aprieta, pero no es incómodo como el frío intenso del año pasado. Cientos improvisan un pogo debajo de un grueso chorro de agua que sale de lo alto de la cañería que la extrae desde las profundidades, para regar el Agnesi.

Todo está bien. Todo ha sido fiesta. A las 17.40 se comienza con el operativo de ingreso al autódromo. Se producen corridas y empujones. La seguridad privada primero quiso contener, pero después se vio obligada a emprender la retirada, hasta una segunda línea de hombres de chalecos amarillos que los apoyan y logran frenar la primera oleada. Fue la ansiedad, nada más. Ya todo está en orden. Duró sólo 30 segundos.

La gran mayoría de los negocios de gastronomía y venta de alimentos y bebidas aumentaron sus stocks y su personal para atender a los efímeros clientes, contra lo que hicieron en 2013, cuando muchos bajaron las persianas muy temprano.

La Comuna entendió que era absurdo prohibir la venta y el consumo de alcohol en el Agnesi, ya que hacer cumplir esa prohibición sólo podía generar conflictos. La policía quiso evitar el ingreso de marihuana y estupefacientes y en Desaguadero hizo varios hallazgos. Sin embargo, la marihuana y el alcohol circularon libremente en la zona.


Fuentes: 
Nota de Oscar Trapé y Enrique Pfaab | Diario Uno
Nota de Fernando Casas | Diario Registrado

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