Luchó para dar el apellido a Julia y ahora va por su corazón

ESCUCHÁ EL AUDIO El cordobés Máximo Calderón libró una batalla judicial en España para que reconocieran su paternidad y luego fijaran un régimen de visitas. El 13 de noviembre de 2006 la madre se la llevó del país.

Luego de ocho años de una intensa lucha en terrenos judiciales, el cordobés Máximo Calderón logró conseguir que en España reconocieran la paternidad de hija Julia y finalmente que le fijaran un régimen de visitas.

El 13 de noviembre de 2006 la madre de la nena viajó junto a la pequeña de dos años desde Córdoba a EE.UU., con la intención de realizar negocios en Nueva York.

Sin embargo la mujer no regresó a Argentina, y después de unos meses en EE.UU., viajó con la niña a España, para establecerse en Sevilla.

Calderón, acudió en un primer momento a la justicia provincial, así cómo a la de Estados Unidos y España, con el objetivo de recuperar el contacto con su hija.

Luego de ocho años de una intensa lucha en terrenos judiciales, el cordobés Máximo Calderón logró conseguir que en España reconcieran la paternidad de hija Julia y finalmente que le fijaran un régimen de visitas.

"Ella quedó embarazada. A petición suya, decidiéramos que la nena naciera en EE.UU. y pasó a ser ciudadana norteamericana. Cuando yo llegó allá me doy con que mantenía un matrimonio de conveniencia con un cuidadano norteamericano. Si le poníamos el apellido mío se iba a descubrir que tenía un hijo extramatrimonial. Entonces, decidimos que tuviera el apellido de ella y no de su marido allá", contó Calderón a Cadena 3.

"Decidimos que al llegar a Argentina íbamos a corregir el apellido. Nos venimos a vivir a Argentina y después de varios meses de insistir con cambiar el apellido, decidió iniciar acciones legales. A los pocos meses se organizó un viaje para vender algunas cosas. En noviembre de 2006 la fui a despedir al aeropuerto", recordó.

"Pasó un tiempo y no tenía noticias y después me enteré de que se iban a vivir a España. Ella podía manejarse con total libertad porque legalmente yo no figuraba como papá", dijo.

"Cuando viajaron al exterior intentamos inciar una acción en Córdoba y los tribunales se declararon incompetentes. Tuve que poner una agencia de detectives para localizarla. Usamos el geolocalizador de Wikipedia y ahí ubicamos la dirección para iniciar un juico de filiación", relató.

Mientras mantenía los embates judiciales, desesperado por recuperar a su hija, Máximo sufrió distintos episodios que afectaron su salud. "No me voy a victimizar de las cosas que me pasaron, pero al día de hoy estoy pagando", apuntó.

Después iniciar las acciones legales en España, Calderón contó que pudo ver a Julia en Sevilla para la prueba de ADN. "La otra parte fue dilatando las pericias y haciendo que pasara mucho tiempo. Sobre fines de 2010 el tribunal civil me dio una sentencia favorable", dijo.

Pese a que el papá de Julia había podido dar el primer paso legal y se permitía ya el cambio de apellido, Máximo no podía tener contacto con su hija.

"Yo quería el contacto. No pudimos tener respuesta e iniciamos una nueva acción de medidas de contacto. Pedimos la custodia compartida o la tenencia de la niña. En 2013 se había fijado la audiencia de juicio y no fui por cuestiones de salud", dijo.

"En octubre de este año fue la nueva fecha, ahí pude viajar y nos vimos con la mamá de la niña. Más allá de las desaveniencias, los abogados logaron un acuerdo y con la rúbrica del juez, la nena tiene que tener contacto físico, dos veces al año: 10 días en diciembre y 20 en sus vacaciones", añadió.

Si bien la Justicia le dio la razón en sus reclamos, el papá de Julia expresó que la alegría es "contenida".

"Después de mucho tiempo sin contacto, la nena no me conoce. No tiene ganas de tener contacto conmigo. Todos mi embates judiciales la mamá los recibió con angustia y la nena vivió todo eso como una agresión de su papá", consideró.

"Me está contando mucho. Estoy remando mucho en dulce de leche y estoy sin fuerzas", admitió.

Mientras está en Córdoba, por estos primeros contactos, Julia se queda a dormir en casa de unos familiares en Mendiolaza.

"Mi esperanza es que Julia Sofía se quede alguna noche a dormir con papá y que conozca a otra parte de la familia", dijo.

"La nena no responde a un abrazo y para un padre emocionado es frío. Abrazar a mi flaca fue muy emocionante, aunque ella no reacciona lo que uno esperaría", expresó.

"Me queda remar estos días que ella va a estar en Córdoba", señaló.

La nena vino con la mamá, quien según dijo Máximo, teme que él estando con la niña acá, la retenga.

En ningún momento de la nota con Guillermo Hemmerling, Calderón habló mal de la madre de su hija. "Creo que ha estado mal asesorada", dijo.

"Yo no podía tener contacto con ella, pero todos los 22 de setiembre le dejaba en YouTube un video con una canción por su cumpleaños", contó como una de las tantas cosas que hizo por amor a su niña.

Cadena3