El calor es "sinónimo" de pasión

Está comprobado que el calor puede resultar un gran afrodisíaco y que en la temporada estival se incrementan las relaciones sexuales. Una especialista explica la razón.

Hay quienes aseguran que el calor es afrodisíaco y que con la llegada del verano la actividad sexual se incrementa. Se alude a que no solo hay una mayor exhibición de los cuerpos, sino que además la gente por lo general se distiende en la temporada estival.

Pero ¿por qué ocurre este fenómeno? Para evitar concluir en explicaciones vertidas por el imaginario popular, que suele construir saberes en base a ideas que se reproducen en el bullir de la cotidianeidad a veces sin información certera y cargada de prejuicios, Diario UNO de Santa Fe consultó a una especialista. La sexóloga educativa Silvia Darrichón se ocupó de aclarar algunos puntos acerca de por qué los momentos de intimidad suelen ser más frecuentes en esta época del año.

—¿A qué responde el incremento de la actividad sexual en el verano?

—Para que se lleve a cabo la relación sexual es imprescindible que exista el deseo. Y el deseo está condicionado por toda una serie de factores internos y externos que aumentan notablemente. Entre los factores internos está todo lo que llamamos la química del amor, una serie de neurotransmisores que aumentan con la temperatura y la luz solar. La producción de sustancias que se ubican en el lugar endócrino y neurológico aumenta las posibilidades del deseo. Si nos referimos a los factores externos, aludimos al hecho de tener menos ropa, de sentirnos más livianos, los colores que usamos en el verano y en la primavera, todo eso son importantes estímulos para la sexualidades, que nos animan a través de nuestras fantasías y nuestros sentidos.

—¿Cómo se da este proceso?

—Estamos directamente influenciados por el medio ambiente y el clima es uno de los factores muy importantes, sobre todo al pensar en la estimulación visual. Las texturas livianas de la ropa también hacen que al contacto, al acariciar, sea mucho más gratificante y fácil estimularnos que si estamos abrigados con todo lo que llevamos durante la época de invierno. El sentirnos con poca ropa, el tener colores llamativos, hace que visualmente haya una mayor estimulación de todos nuestros centros, estos son los factores externos que nos condicionan para una mayor apertura y para tener más ganas de disfrutar de la intimidad.

Está comprobado que en los países tropicales, que tienen un clima más caluroso, la actividad sexual es más rica y se da con mayor frecuencia que en los países más fríos.

De todos modos, el deseo, las ganas, están determinado por cómo se sientan los integrantes de la pareja, de acuerdo a la condición o a la situación por la que está transitando en ese momento, ya que si están atravesando un tiempo con muchos problemas, no significa que al llegar el verano mágicamente se va a despertar el deseo. Si tienen una buena relación, entonces seguramente sí habrá una mayor frecuencia en los encuentros íntimos, porque precisamente habrá un aumento del deseo.

_¿Influye también la cercanía de unas posibles vacaciones?

_ Entre los factores externos, ocurre que en el verano muchas veces terminamos, al menos por unas semanas, con nuestros compromisos laborales. Disminuye el estrés por la finalización del año y frente a la posibilidad de unas vacaciones uno se predispone de otra manera. Individualmente hay más tiempo para el encuentro con la pareja. Pero también hay que destacar como aspecto importante el estado de la relación: el tiempo de vacaciones es beneficioso siempre y cuando la pareja esté bien, porque muchos creen que yéndose de vacaciones se van a poder solucionar los problemas y esto no pasa. Llegar a unas buenas vacaciones donde se pueda disfrutar de la intimidad va a depender de cómo se haya transitado la etapa anterior. No es una cuestión mágica, ya que la sexualidad en el ser humano está determinada por lo mental y lo emocional. Entonces, más allá de que hay una serie de factores internos y externos, lo que va a precisar el aumento de las ganas y el disfrute tiene que ver con cómo estamos con nuestra pareja y en nuestra relación.

_ Una vez perdida la pasión ¿se la puede recuperar?

_Siempre es posible y se está a tiempo. Con el amor solo no basta para que las parejas permanezcan unidas en el tiempo. El erotismo y la sexualidad son fundamentales y hay que enriquecerlos día a día. El mayor enemigo de nuestra sexualidad es la rutina, que rompe el encanto y lleva a la monotonía del encuentro. Pero los humanos somos tan ricos en nuestras posibilidades de crear y recrear nuestras fantasías e inventar situaciones que nos resulten gratificantes, que siempre se puede recuperar el vínculo y en eso se puede trabajar.

_¿Qué es lo que puede ayudar?
 
Básicamente el primer punto es la comunicación en la pareja, poder hablar, poder compartir lo que nos gusta y lo que no. Nuestro compañero o compañera no porque nos ame va a ser adivino para saber lo que necesitamos, lo que nos gusta o lo que queremos en determinada situación. Lo que ocurre hoy en día es que culturalmente estamos preparados para ejecutar las acciones, pero poco preparados para poder hablar sobre lo que nos pasa con nuestra intimidad.

Época de mayor procreación


“Siempre se menciona que la primavera es la en la época donde se da la mayor cantidad de nacimientos y esto tiene que ver con que los embarazos acontecieron en la época de verano”, comentó Silvian Darrichón, aunque a su vez aclaró. “Sin embargo, no se puede tomar este dato como un indicador fehaciente, ya que hay que considerar que nuestra sexualidad, a partir de la década del 50 y con la aparición de los anticonceptivos, está bastante regulada y en general tenemos hijos en el momento en que los deseamos y que queremos tenerlos. Por eso no”, aclaró.

Fuente: Diario UNO de Santa Fe.

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