¿Qué es el mal de amores?

En el amor uno ve y en esta etapa es cuando se negocian las cosas que a uno le gustan y no le gustan del otro.

Podríamos comenzar diferenciando el enamoramiento del amor. El enamoramiento es ciego y hace que la persona idealice al otro, que lo vea maravilloso, perfecto, completo. 
 
Además, el enamoramiento tiene mucho de biología, es decir que uno no planea cuándo se va a enamorar sino que esto surge y fundamentalmente en el enamoramiento uno proyecta en el otro, es decir, la persona no es la persona en sí, sino lo que nosotros proyectamos en ella, y cuando pasa el tiempo –se calcula que el enamoramiento dura un año aproximadamente– es cuando ese acelere emocional comienza a disminuir y la persona comienza a ver los defectos, los errores . En realidad, esa persona no nos engañó, sino que uno proyectó en el otro lo que quería ver.

Por eso es que no hay que apresurarse, el verdadero amor espera y es por eso que el noviazgo debería durar no menos de un año y medio, porque si uno avanza en esa primera etapa de enamoramiento todo va a “ser perfecto”, pero recién después llega el amor, o no.

En el amor uno ve y en esta etapa es cuando se negocian las cosas que a uno le gustan y no le gustan del otro. El enamoramiento también continúa, pero va bajando esa dosis de intensidad. El enamoramiento, no es amor.

Cuando uno en el amor da para recibir del otro, no es amor, es una especie de “toma y dame”, cuando se da algo esperando que nos den las gracias no es amor. Amar es dar sin esperar nada del otro, yo cuido sin esperar nada, el amor es dativo, no pasa factura.

Pero aun así, siempre que recibimos algo por “toma y dame” o por amor, se genera una deuda, y por más que la otra persona me de algo no se salda la deuda, porque yo no esperaba nada.

Entonces, ¿cómo se salda esa deuda? Reproduciendo eso en otros es la forma de devolver aquello que nos dieron y así generamos un círculo positivo de amor.

Entonces, como a mí me han bendecido con ese amor, yo lo hago en mis hijos, lo hago en otros y no hay nada más lindo que hacer sin esperar nada a cambio porque uno es libre; ya que si uno comienza a especular, comienza a esperar, es probable que sufra si no llega esa retribución del otro lado.

Muchas personas creen que cuando están enamoradas deben saber todo, controlar todo y estar en todo. Eso es un error, la “sobreprotección” no es sobre ni protección, la “sobreprotección” es miedo a que el otro no pueda hacer las cosas solo y, como no confía en su capacidad, lo “sobre protege”. Eso sucede porque, en el fondo la persona tiene miedo y ese miedo hace que quiera que haya dependencia de parte del otro, por eso decimos siempre que la pareja tiene que ser simétrica, no tiene que haber ni control ni sobreprotección.

Hay una gran diferencia entre cuidar y controlar, por ejemplo, cuando tenemos hijos chicos y los cuido, los estoy controlando, pero el objetivo de cuidar y controlar es diferente, controlamos si se cepilla los dientes, si hace la tarea, porque mi objetivo es que sea independiente; en cambio cuando yo “controlo” el objetivo no es que el otro sea independiente, sino que sea dependiente de mí, o sea, de aquel que ejerce el control.

Por eso, cuando uno ama a los hijos, va guiándolos para que en algún momento puedan hacer esas cosas por ellos mismos. Entonces, debemos entender que el verdadero amor no es sobreprotección.

Muchas personas se preguntan si querer y amar es lo mismo, por lo general a estas dos palabras las utilizamos como sinónimos, pero si la podemos distinguir diríamos que amar se ama a los humanos y querer se quiere a las cosas. Por ejemplo, “yo puedo querer a mi celular”, “puedo querer un libro”, pero amar amo a una persona.

Siempre el amor va a respetar la libertad del otro, mientras que el querer es más egoísta. Eso sería, “te quiero para mí”, cuando uno tiene amor por otra persona no funciona el “te quiero para mí”, sino el “compartir con el otro”.

Otro punto interesante a tener en cuenta es saber que el amor no es un “remedio”, no cura nada. Algunas personas dicen: “Sin vos me muero”, “Sin vos no puedo vivir”. Pero hay que entender que el amor de la otra persona no funciona como un “parche”, como un “remedio”; se debe partir de la idea de que el otro no está para cubrir el faltante de cariño de nuestros padres o del pasado, sino, que si “yo tengo un faltante” eso que me falta tengo que procurar proporcionármelo yo mismo.

Entonces, uno puede formar pareja en función de que “necesito algo” y por eso tengo pareja o en contraposición, “yo estoy feliz conmigo mismo y porque soy feliz, formo pareja”.

Si uno busca una pareja para hacerla feliz o para ser feliz, probablemente sea muy infeliz.

En resumen, la pareja implica simetría, mutua elección y por supuesto que ambos tengan el deseo de pasarla bien.

¿Siempre que hay amor primero hubo enamoramiento? Esta es una pregunta muy frecuente, pero no necesariamente se da así. El amor es una construcción de un vínculo mutuo y eso lleva tiempo, por eso el verdadero amor es una construcción a largo alcance. En el tiempo posmoderno en el que vivimos hay un exceso de individualismo, por eso se genera la dificultad de construir un proyecto a largo alcance.

Hoy, muchos jóvenes no ven a largo alcance, disfrutan el ahora y cuando no funciona, dan vuelta la página sin siquiera intentar recuperar la pareja y ese exceso de individualismo termina trayendo un gran vacío.



Por: Bernardo Stamateas | Psicólogo, sexólogo y escritor. Autor de los best sellers Gente tóxica, Quiero un cambio y Fracasos exitosos, entre otros.

Diario Uno

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