Región | Soldados pampeanos caminaron desde Luján hasta Pico

Los cabos Daniel Silva y Ezequiel Coronel unieron a pie ambas localidades con el objetivo de traer una imagen de la Virgen de Luján, en señal de agradecimiento. Durante los últimos 100 kilómetros fueron acompañados por integrantes del Grupo Especial de la Policía de La Pampa. (Foto ilustrativa)

Dos cabos pampeanos del Ejército Argentino unieron a pie la localidad de Luján y General Pico. Uno de los protagonistas explicó que lo hizo para traer a su casa la imagen de la Virgen de Luján, a título de “agradecimiento”.

El piquense Daniel Silva (29) del regimiento de Magdalena y el realiquense Ezequiel Coronel, que presta servicio en el regimiento de Tandil, unieron a pie las localidades de Luján, en la provincia de Buenos Aires, y General Pico, La Pampa.

Silva comentó que la caminata comenzó el lunes 2 de febrero a la noche en Luján y caminaron por ruta 5 hasta el puesto caminero de Catriló, donde los esperaban integrantes del Grupo Especial de la Policía de La Pampa para escoltarlos hasta General Pico, donde llegaron en la noche del domingo.

Ezequiel Coronel se sumó a la marcha de su colega y amigo, cuando se enteró del viaje para traer la figura de San Expedito a su hogar en la localidad de Realicó.

Los caminantes explicaron que, además de la preparación que reciben en el Ejército, no hicieron mucho más para emprender la travesía. Un par de prácticas para acostumbrarse al peso de la mochila y ver cuánto podían caminar por día, alcanzaron para lanzarse a la ruta.

Pero las cosas no salieron de acuerdo a lo planeado, porque el peso de la mochila terminó siendo mayor al pensado desde el inicio y el calor complicó los tiempos, situaciones que llevaron los diez días calculados previo a la salida a 13 jornadas de caminata.

“Veníamos sin logística”, comentó uno de los expedicionarios, que indicó que paraban a dormir en distintos lugares como estaciones de servicios, algunas arboledas y hasta en una alcantarilla.

Silva comentó que en el km 222 de la ruta 5, mientras caminaban se largó un fuerte aguacero y, al ver un cartel que decía “Verdulería 3 km”, decidieron acelerar el paso no solo para protegerse del temporal, sino también para conseguir agua y comer.

Pero se sorprendieron cuando llegaron al negocio publicitado en la ruta porque ya en el lugar confirmaron que “el local estaba abandonado hace tiempo y adentro había un hombre que vivía en forma precaria (linyera)”. El expedicionario destacó el gesto solidario de quien los recibió, ya que “tenía un paquete de yerba, un paquete de azúcar y cuatro miñones de pan, que nos entregó para que pudiéramos comer”.

Los caminantes pasaron la tarde con el linyera, quien retomó su camino horas más tarde, y recibió un presente por parte de los militares, en agradecimiento por compartir “lo poco que tenía”.

Anécdotas

El cabo piquense comentó que tiene muchas anécdotas del viaje, pero lo principal es “contar que no fue un sacrificio, en ningún momento lo padecimos, todo el camino lo hicimos contentos porque sabíamos que llegábamos”.

Al ser consultado por los planes, Silva adelantó que “hoy -por anoche- asado con la familia y disfrutar los días que me quedan de vacaciones, ya que el viaje lo hice durante el período de licencia anual”. Admitió que “aparecieron algunos dolores que era algo obvio, pero me quedan 15 días de vacaciones para disfrutar con la familia”.

Y aclaró sobre la motivación de su caminata que “lo primordial es la virgen para casa, que fue en agradecimiento y no en promesa, hay que aprender a ser agradecido en la vida”.

Daniel Silva también forjó amistad hace tiempo con quien hoy es el jefe del Grupo Especial de Policía de General Pico, Emilio Bustamante. Se conocieron hace más de diez años, cuando ambos ingresaron como soldados voluntarios en el Regimiento de Tanques de esta ciudad.

Bustamante y el resto de los integrantes del Grupo Especial de Policía piquense esperó el sábado a la mañana a los dos caminantes, en el límite de La Pampa con Buenos Aires, desde donde custodiaron y caminaron junto a los soldados los últimos 100 km, hasta llegar al edificio de la unidad especial en la noche del domingo, donde se llevó a cabo un reconocimiento.

EL Diario LP