Santa Rosa | Pilar Llorens fue desalojada y quedó en la calle

desalojo-1Autoridades judiciales consiguieron que la Municipalidad alojara a Nélida del Pilar Llorens en un hogar de tránsito para víctimas de violencia de género. Pero la demora en la intervención del área de Género hizo que su pareja interviniera y la convenciera de volver a vivir con él. (Foto: El Diario )

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El caso de Nélida del Pilar Llorens es el ejemplo más acabado de lo que la burocracia y la desidia del Estado pueden provocar. La joven de 22 años fue desalojada esta tarde con sus dos hijos de la casa que había ocupado en el barrio Fonavi 42, pero la demora en la intervención del área de Género municipal hizo que su pareja interviniera y la convenciera de volver a vivir con él.

Pilar estaba viviendo con su pareja en la casa de su suegra, ubicada en la calle Hucal. Semanas atrás decidió separarse y se fue con sus hijos a una casa deshabitada a pocas cuadras.

Se mantenía con ayuda de su suegra (“nunca me abandonó”, aseguró), con alguna poca colaboración de su madre, además de tener la Asignación Universal por Hijo y la tarjeta alimentaria. “Estoy desocupada y en estas horas tengo una entrevista de trabajo”, había contado.

“A los 16 años estuve en el Hogar de Tránsito de Mujeres, estuve tres años. Cuando me dieron el egreso, salí con una mano adelante y otra atrás. Trabajé tres meses en el Boletín Oficial, pero después me dijeron que ya no tomaban personal. Me ofrecieron ir a trabajar gratis y no fui más”, contó.

Sus hijos tienen 2 años y 10 meses, y estuvieron junto a ella en la vivienda de la calle Pasteur que no tiene ningún tipo de servicio.

La chica se había ido de la casa que ocupaban hace algunas semanas, en medio de una situación de violencia de género, y decidió ocupar una vivienda deshabitada en la calle Pasteur al 2.000. Pero el dueño igualmente pidió el desalojo y se vió obligada a quedar en la calle.

La intervención del colectivo de Mujeres Autoconvocadas y de Juan Pablo Meaca, titular de la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia, hizo que el juez Mauricio Piombi demorara la orden por 48 horas, plazo que se venció hoy.

En el medio, se buscó la intervención tanto del Consejo Provincial de la Mujer como de la Dirección Municipal de Políticas de Género. Pero no hubo soluciones: tanto desde el Consejo, a cargo de Elizabeth Rossi, como desde el área municipal que conduce Fabiana Montañez, argumentaron que si no había una denuncia por violencia de género no podían hacer nada.

La intervención de Meaca logró que desde la Municipalidad finalmente le dieran alojamiento en el Hogar de Tránsito “María Magdalena” sin que haya denuncia. Pero ni Montañez ni ningún representante del área municipal se presentaron en el lugar del desalojo para hacer el traslado.

Y en el tiempo que demoraron, la pareja de Pilar Llorens apareció en la casa y la terminó convenciendo de que volvieran a la vivienda que ocupaban.

En el medio, el joven la amenazó con llevarse a sus hijos y con sacarle el dinero de un subsidio que había conseguido para poder buscar un alquiler.

Todo ante los ojos incrédulos de quienes acompañaban a la chica que esperaban desde hacía dos horas una intervención policial que llegó más tarde y una ya inútil aparición de los funcionarios municipales que en definitiva nunca se presentaron.

El futuro de Pilar se definía en una oficina de la Unidad Funcional de Género de la policía provincial que funciona en la calle Güemes. Allí se entrevistó con una psicóloga, y siguió acompañada del colectivo de Mujeres Autoconvocadas. Pero allí también estuvo su pareja, queriendo asegurarse de que volviera con él.

Mientras tanto, los funcionarios municipales, que tenían la solución en sus manos si estaban dispuestos a intervenir, seguían ausentes y poniendo el futuro de la joven en jaque.

El Diario LP

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