Victorica | Denuncian torturas y golpizas policiales

Entre los acusados por un grupo de cazadores figura el comisario de Victorica, Marcelo Beninato. El subsecretario de Seguridad -Ricardo Torres- prometió tomar medidas, aunque todo quedó supeditado a la causa judicial. (Foto El Diario LP)

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Cuatro cazadores en jauría denunciaron que fueron víctimas de golpizas y torturas por un grupo de policías en un camino vecinal en la noche del jueves y la madrugada del viernes. Acusan a unos 15 policías, entre ellos el comisario de Victorica -Marcelo Beninato- de aplicarles picana, culatazos con las escopetas y un simulacro de fusilamiento en medio de la oscurdiad de la noche y en una zona rural.

Juan Carlos Cabral (55), Gabriel Abraham (42), Gastón Mielgo (35) y Nicolas Enrique (25) son los denunciantes. Realizan caza con jauría. El fin de semana se realizó un torneo. Tenian permisos para ir a un campo en Gobernador Duval.

Cabral contó que "salimos el jueves a la tarde. Cuando llegamos al Puesto Caminero El Durazno (sobre la ruta 14) nos revisan. Les damos todas las documentación. Nos preguntan si tenemos armas y le decimos que no. Nosotros llevamo perros y cuchillo".

"Seguimos nuestro camino. Llevábamos siete perros. Como se emiezan a pelear, paramos en la ruta, cerca de Jagüel del Monte. Un perro se escapó, y lo salimos a buscar", relató. Otro de los cazadores, Gabriel Abraham, se puso a revisar la camioneta, y en esos momentos llegó un patrullero para preguntar que pasaba. "Le dijimos que fuimos a buscar un perro. Y no dejaron seguir camino", explicó.

Pasaron Jagüel del Monte y toman la ruta 15. Al llegar al cruce con la ruta 18, pararon a cenar. "Estábamos comiendo y aparece una camioneta policial. Prende las luces, los reflectores y las balizas. Se quedó unos 15 minutos en esa forma. No se acercó nadie", explicó Cabral.

"Por eso decidimos con Abraham ir hacia el patrullero. Cuando nos vamos acercando se baja un policía con un arma 9 milímetros en la mano. Nos dice que no avancemos, que hablemos con el encargado, el que manejaba. Yo me acerco y le pregunto. ‘Esperen. Nos tienen que acomañar porque tienen una denuncia por abuso de armas. Entonces, le dije que si, que ibamos porque estébamos de cacería y nos queremos tener problemas", contó.

En el regreso, volvieron por la ruta 18. En ese momento se agregaron dos patrullas, de Telén y de Chacharramendi. "Cruzamos a otros cazadores, los Calo, de los Hornos, que nos saludaron", dijo.

"Hacemos unos diez kilómetros, se cruza la patrulla de El Durazno y nos para. Me dice que quiere revisar la camioneta. Me acerqué al encargado que me dijo que era Morales. Le digo que es mía, que tengo los papales y que no podía hacer el procedimiento ahí, en la nada, en la noche. Me podía meter cualquier cosa. Me dijo que podía hacer el procedimiento en cualquier lugar", contó Cabral. "Me contestó ‘ah, estas de pesado’", recordó.

Retomaron el viaje. Siguieron hasta el cruce con la ruta 13. Allí estaban otros tres patrulleros, en total cinco (después que regresó, el de Chacharramendi): había policías de El Durazno, Telén, Victorica, Carro Quemado y Loventuel.

Estuvieron hablando unos quince minutos entre los policías. "Se vinieron todos, entre 10 y 15 policías. Cargan las Itakas y nos dicen. ‘abajo todos’. Accedimos a bajar: cuando nos bajamos (al piso) nos agarraron a palos", describió Cabral. Enrique y Abraham asientieron el relato. "Así nomás", agregó el primero.

A Abraham le pegaron en el ojo mientras se bajaba. Después lo esposaron a todos. "Nos empezaron a pegar piñas, culatazos con las Itakas, patadas en las costillas y picana. Beninato, el comisario de Victorica estaba de civil, con una campera de River. no me voy a olvidar, tenia una picana", afirmó. Explicó que era "una linterna que se iluminaba y daba una descarga eléctrica". Ese implemento se vende como defensa personal.

En esa media hora, en medio de la oscuridad, a Nicolás Enrique -el más joven del grupo- le hicieron un simulacro de fusilamiento. "Me arrastraron unos veinte metros. Me levantaron y me decían. ‘dale, corré, asi te mato, que no te pago con nada'. Algo así", relató. El joven se quedó en el lugar. "Me empujaba. Yo no me movía: pensé que si corría me mataba. Y me dí vuelta: lo ví a Morales apuntando con la Itaka", contó con el gesto del tirador.

Al darse vuelta, vio como lo picaneaban a Abraham. "Miré a mis compañeros. Vi por abajo de la camioneta, que a Gabriel le daban con la picana. Se movía de de aquí para allá. Se sacudía en el piso. A él también", subrayó.

A Gabriel Abraham le quebraron un dedo: "un policía le saltaban sobre las muñecas y la espalda, mientras tenía las esposas puestas", precisó en el relato.

"Beninato nos picaneaba. Nos decía: 'así que son pesado, son pesados’", insistió. Y también nos preguntaba: ‘¿dónde está el arma, donde está el arma?’. Anticipales a otros cazadores que esta zona es nuestra, acá no caza nadie", me decía. Abraham precisó que la picana se la aplicaron en el cuello, en las nalgas y en las piernas. Ese intrumento no deja marcas en la piel.

A la 1.30 de la madrugada del viernes a los cazadores los trasladaron a la comisaría de Telén. A Cabral lo revisó la medica del hospital, que ordenó su internación hasta las 8 de la mañana porque estaba descompensado, con presión alta. Cerca de la medianoche de ese viernes los soltaron. El sábado un perito policial constató las lesiones y el lunes a la mañana los cazadores hicieron las denuncia por las torturas ante la fiscal Cecilia Martini.

En la denunica policial contra los cazadores, un cuidador rural dice que los desconocidos ingresaron al campo "San Manuel", le pusieron un arma en el cuello y le dijeron que "iban a cazar de pesados".

El subsecretario de Seguridad, Ricardo Torres recibió a los cazadores para escucharlos en forma directa. Les prometió tomar medidas, aunque todo quedó supeditado a la causa judicial.

El Diario LP