Agricultura | Parte de la zona núcleo, bajo agua

Las lluvias ininterrumpidas inundaron campos y caminos y se acrecientan los riesgos de enfermedades, con el ganado en época de parición y los cultivos saturados. (Foto: Infocampo)

La zona núcleo atraviesa por uno de sus momentos más críticos de su historia. La gran cantidad agua que cayó en los últimos días en el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe puso en jaque a varias ciudades de la región.

Con lotes bajo el agua y los caminos cortados, los productores temen graves pérdidas en la hacienda, que está en inicios de parición, y en los cultivos de fina.

"El panorama es desastroso", dice categóricamente el Ing. Pedro Estrugamou. En díalogo con Infocampo, el coordinador Crea de la región del norte bonaerense describe que "en la sub zona centro-sur, por Ruta 5 en lo que es Bragado y Alberti, hay cortes de ruta hay lotes casi en su totalidad bajo el agua, dónde ademas de los más de 200 mm de agua caída desde el miércoles hasta ayer, ya habían llovido casi 300 milímetros a fines de julio".

"Los desbordes de los Ríos Lujan, Areco, Arrecifes, Salto y Arroyos como el Pergamino han provocado cortes en distintos puntos de Ruta 7 y 8 y aledañas. Hay miles de evacuados en estas ciudades que se trasladan como pueden en botes, kajaks, etcétera", relata Estrugamou.
La hacienda, sin escapatoria

Si bien es muy pronto para saber con precisión los daños del temporal en la actividad rural de la zona, el pesimismo reina entre los afectados.

"La preocupación más grande que tienen los productores son los animales: no tienen escapatoria en el sentido que quedan encerrados", cuenta a Infocampo Guillermo Voisín, tesorero de la Sociedad Rural de Chacabuco. La ciudad, conocida como la Capital Nacional del Maíz, es junto a Baradero una de las ciudades más azotadas de la zona núcleo: acumulan 234,8 y 206,8 mm de lluvia en lo que va de agosto, según la red Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario.

La imposibilidad que tienen algunos productores de trasladar al ganado coincide con la época de parición de los vacunos. Para Estrugamou puede generar serias complicaciones: "Imaginate una vaca pariendo un ternero en el medio del agua, con todas las enfermedades sanitarias asociadas: leptospirosis e hipomagnesemia, terneros con alto nivel de estrés y neumonía por enfermedades respiratorias. Por lo tanto, hay peligro de alta mortalidad".

En este contexto, ningún eslabón de la cadena de producción parece exento del riesgo. "Hay bolsas de silo picado almacenado en bolsas que están en lotes llenos de agua. Por lo tanto, puede haber pérdida de la calidad de ese silo. En definitiva, tenés mermas en las pasturas sembradas", explica Estrugamou.

"Los verdeos de invierno no están inundados, pero sí producen pérdidas por pisoteo. No tenés donde poner la hacienda, entonces lo ponés en los rastrojos y en algún verdeo y genera un pisoteo en el medio del barro que genera muerte de plantas. También el forraje almacenado tiene enfermedades sanitarias asociadas a esta situación", agrega.

La fina, en problemas

Según GEA, la extraordinaria cantidad de agua acumulada excedió los límites de los suelos, a esta altura saturados de humedad y sin mayor capacidad de absorción. En consecuencia, aumenta el riesgo de pérdida de superficie.

Ya por los altos costos y sus dificultades de comercialización, el trigo ha sufrido bajas en el área de implantación. En la zona se sembraron 250.000 hectáreas, unas 50.000 menos que en la campaña pasada, estima la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

El exceso de agua acumulada puede producir anoxia, que deriva en pudrición de raíces y finalmente en muerte de planta. Estrugamou explica que el trigo es más resistente que la cebada, caracterizada por ser un cultivo sensible, aunque "tampoco resiste el encharcamiento permanente". Por eso, cree que los trigos sembrados más temprano, en lotes más altos o con algo de pendiente, tenés mejores defensas porque el agua corre.

"Hay productores que trabajan algo del campo y quizás hicieron una inversión de 300 a 500.000 pesos para sembrar entre 150 y 200 hectáreas de trigo porque quizás el dueño del campo le pidió algo de rotación de los cultivos. Y ahora están bajo agua, lo que le genera un inconveniente que se le hace muy difícil que recuperarse de ese golpe", cuenta.

El comienzo de los cultivos de verano podrían sufrir algún retraso. Especialmente el maíz, dice Voisín: " De ahora a septiembre no hay suelo que tolere el maíz. Como siempre, la soja lleva todas las de ganar como siempre, porque es el cultivo más elástico".

Por lo pronto, las distintas ciudades esperan que baje el agua para empezar a hacer un relevamiento. "Estamos rogando que haya un break en el tema de lluvia. Todo se destruye con el agua. No te quedan alambres, nada", dice Voisín, que encuentra como causa la falta de ejecución de un plan hídrico que generen un correcto escurrimiento del agua. " Esto ha sido un golpe de gracia para la tormenta perfecta. Desde ya se esperan mermas en la producción", lamenta Estrugamou. 
 
Por Agustín Monguillot | Infocampo

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