Violencia de Género | Angelina Baiotti: “Quiero que se pudra en la cárcel; si sale me mata a mí o a mis hijas”

El caso de se convirtió en paradigma de la violencia de género. Alejandro Weber, su expareja, la baleó por la espalda un mes después de la separación. (Foto: El Diario LP)

 

Seguí el Caso Baiotti

“Quiero que se pudra en la cárcel. Si sale va a buscar venganza: me va a querer matar a mí o a mis hijas”. La que suelta la frase, cargada de angustia, es Angelina Baiotti, la mujer que fue víctima de un paradigmático caso de violencia de género.

Su expareja, Alejandro Weber, la baleó por la espalda, un mes después de que se separaran. La vida de la mujer estuvo en riesgo. Sufrió lesiones gravísimas. Weber está detenido, pero intenta recuperar la libertad, en el marco de la investigación judicial.

El episodio resultó paradigmático porque ocurrió el 30 de mayo, 3 días antes de la movilización “Ni una menos” en contra de la violencia de género. Ese día, la masiva marcha en Santa Rosa, aludió al caso de Angelina en pancartas, carteles y voces.

Ahora, en franca recuperación, la mujer contó el cambio que ese hecho significó en su vida. “Hoy estoy en la lucha con abogados, con dolor en el alma, y hay momentos de gran angustia, pero estoy saliendo adelante con la fuerza que ese mismo día saqué para vivir. Ese día, en el piso, me dije que voy a seguir adelante por mis hijas”, relató.

Weber irá a juicio por “intento de femicidio” agravado por el vínculo y la violencia de género.

Angelina también explicó los pesares de su propia madre: “está golpeada, dolida, pero es re fuerte y yo saqué esa misma fuerza. Al principio le costó, verme en Terapia, cómo me habían dejado, en el estado en que estaba, o sabiendo que no tenía probabilidades de vida... Pero estamos fuertes”.

Angelina Baiotti habló con Radio Kermés y también encontró aspectos positivos de su vida, después de convivir 14 años con su pareja. Dice que se sentía “manejada por el miedo”.

“Ahora con mi hija más grande nos comunicamos mucho más, nos abrazamos. Ellas van al sicólogo, no quieren ver a su padre. Nos estamos uniendo y estamos tranquilas, porque nuestra vida anterior era todo pelea. Ahora nos tomamos la vida de otra forma, nos organizamos, nos comunicamos, nos reímos. Y ellas ven que su mamá está bien, mejor que antes, aunque algún día haya unas lágrimas”, apuntó.

Cunado se le pide una reflexión por los casos de violencia de género, dice: “Yo estaba pasando por eso pero no sabía cómo escapar... Me acuerdo que un día, estando todos juntos, con mis hijas y él, en la tele vimos un caso en el que el hombre maltrataba a una mujer. Y yo dije: ‘mirá qué maldito’. Entonces él dijo: ‘y bueno... total me dan siete años, no importa’. Para mí fue terrible escuchar eso... ‘mirá si es a tu hija a la que le están haciendo eso’, le dije. No le importó. Y esa noche (el 30 de mayo) salió a cazarme”.

Además, analiza que en realidad “no hay una ley justa, no hay nada justo, está todo mal armado”. Recordó la situación puntual del botón antipánico: “les dije que no, porque porque si quería él me iba a atacar de alguna otra forma. Así fue. Por más que lo tuviera no me servía. Porque iba a gatillar las veces que quisiera”.

Cuestionó que a los violentos, en general, “no les hacen nada, están dos días presos y se termina y no lo llaman, no los buscan o no les exigen que vayan a un profesional, un sicólogo, no hacen nada. En cambio a nosotras nos llaman, nos preguntan y nos siguen, pero hay que tratar a ellos”.

Ante la consulta respecto de qué espera que el Poder Judicial decida sobre Alejandro Weber, no duda: “que le den la mayor cantidad de años posible, que se pudra en la cárcel, o que lo lleven a otra provincia, sinceramente quiero eso, porque si sale lo vuelve a cometer, me mata a mi o a mis hijas, él se va a querer vengar. Esto no tiene que quedar así, por mi y por todas. Porque yo puedo contar la historia y salí viva de esto, pero otras no”.

 

 

El Diario LP