Sofía Viale | Con panes, globos, lágrimas y denuncias, recordaron a la niña en Gral.Pico y Santa Rosa

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Foto: El Diario LP
Al conmemorarse el tercer aniversario del horror, agrupaciones y familiares, recordaron a la niña piquense violada y asesinada el 31 de agosto de 2012. Se realizaron actos en Santa Rosa y General Pico.



En Santa Rosa


Con una intervención, repartiendo pancitos como los que vendía Sofía Viale, el grupo de Mujeres Autoconvocadas recordó este lunes a la niña piquense violada y asesinada el 31 de agosto de 2012.


La intervención fue realizada en la fuente de la rotonda del Centro Cívico. 

Las manifestantes recordaron la violación y muerte de Sofía Viale, ocurrida el 31 de agosto de 2012 en General Pico, en manos de Juan José Janssen, un hombre con antecedentes por abuso sexuales.

En General Pico

Más de un centenar de personas se congregó en la Plaza Seca en la tarde noche de ayer, para acompañar a los familiares de Sofía Viale en el tercer aniversario de su femicidio. 


Hubo palabras muy sentidas y también con fuertes denuncias al sistema judicial y policial que se mantuvo impune a sus gravísimas falencias en el caso.

El acto comenzó con una intervención de Tamboras del Viento que hicieron sonar sus tambores y cantaron “Ni una menos ni una muerta más”, ante la atención de la gente que poco a poco se iba congregando.

Anaclara Félix, en nombre del Movimiento por los Derechos de las Mujeres y Tamboras del Viento leyó un duro documento en el que se recordó a cada funcionario judicial y policial que en aquel momento, en lugar de enfocar la búsqueda hacia los violadores, se ensañaron con la familia y el entorno de Sofía. Hubo recriminaciones por la total impunidad de que gozan.

Luego un alumno del colegio Indios Ranqueles, Diego Romero, leyó unas sentidas palabras, que no dejaron de lado la denuncia contra la Justicia y la Policía, pero también hicieron hincapié en la necesidad de una sociedad de extermine los vestigios de violencia machista y sus expresiones más crueles.

También tomó el micrófono la hermana de Sofía, que leyó la carta que su mamá, Mimí, escribió para el tercer aniversario de la violación y asesinato de su hija. Fue sumamente conmovedor y muchos de los presentes sintieron como las lágrimas que caían por las mejillas daban rienda suelta al dolor, a la impotencia pero también al sentimiento de solidaridad y afecto para con la familia de Sofía.

Por último, el grupo feminista Guapabanda también leyó su comunicado, en el que profundizó en las responsabilidades políticas de partidos y gobiernos.

Ampudia: “Jamás se va a olvidar”

La mamá de la niña de 12 años violada, asesinada y enterrada en el patio de la vivienda de Juan José Janssen recordó el dramatismo de lo vivido y que vive cada vez que ve a funcionarios públicos que se ensañaron con la familia. Además, relató que el ex fiscal Carlos Salinas no se presentó a la audiencia que se realizó juicio civil que e entabló contra el estado.

“Jamás se va a olvidar, al menos nuestra familia y todos los que vivimos esto… y esperemos que la sociedad tampoco. Hay que concientizar para que no pase otra vez esto”, dijo Mimí, con la fuerza que da el dolor vivido.

Pero no solo es el pasado el que duele. “Un montón de veces me crucé por la calle a quienes estuvieron a cargo de la investigación y sentí repudio, bronca, indignación… una mezcla, porque andan como si nada, siguen su vida tranquilamente, acá no ha pasado nada”, dijo.

Recordó que “en el tiempo de la búsqueda de Sofi, mucha gente se encargó de acusarnos, los fiscales, la policía… sin motivo, sin razones. Nos señalaron tanto y se fijaron tanto en la familia en lugar de buscar a Sofía. Solamente se centraban en el entorno familiar y no la buscaban en otro ámbito, sino la hubiesen encontrado antes. Si hubieran recorrido tres manzanas a la redonda desde donde se perdió, y sabiendo que había un abusador a cien metros de mi casa”, afirmó.

Fue tal en ensañamiento con la familia y el entorno que a la abuela materna de Sofía y su pareja la metieron presa por presunta “trata de personas”.

“A mi mamá la metieron presa cuantas veces quisieron. Dejaron el auto afuera de la comisaría, abierto, para requisarlo y si Janssen hubiese podido meter allí una prueba o a Sofía misma, porque es un tipo al que no le importaba nada, si actuaba con total impunidad. Abusó de menores, entró y salió como quiso, recién cuando abusa de Micaela, la chiquita que logra escaparse, recién ese día perdió impunidad. Pero si hubiese sido por el accionar de la Justicia o de la Policía, no la hubiésemos encontrado nunca”, recordó la mujer.

Y en el ejercicio de no olvidar para que no ocurra más y para que aunque sea la memoria popular no deje impune a los que actuaron en aquel momento, recordó que el fiscal Salinas “cuando nosotros le decíamos que Sofía podría haber sido víctima de trata, nos decía: señora… si acá en La Pampa no hay trata….”

No solo era la negación de la realidad, sino también la falta de respeto. “Decía cada cosas… que no éramos la familia Ingalls, que Sofía se había ido con un noviecito y que enseguida iba a volver”.

Al infierno de no hallar a su hija se sumaba el dedo acusador de quienes debían protegerlos y garantizar sus derechos. “Era todos los días preguntar lo mismo, siempre lo mismo… siempre alrededor de la familia. El ministro Rodríguez decía que se trabajaba en todas las líneas investigativas… y era una mentira, porque la única línea que seguían era la familia, el entorno, las amigas…”, recordó con dolor.

Respecto a los primeros momentos tras la desaparición, relató que hicieron “la denuncia enseguida y todos nos preguntaban por qué la habíamos hecho enseguida… y… obvio, no había vuelto una hija, cómo no íbamos a hacer la denuncia enseguida.

Jamás llegaba tarde, siempre lo hacía a la hora que tenía que llegar. Primero hicimos la denuncia enseguida y no nos la tomaron. Salimos a buscar a Sofía por todos lados y recién nos dejaron radicar la denuncia a la 1 de la mañana y los que nos atendieron, allá en la Comisaría Cuarta, nos preguntaban por qué habíamos tardado tanto en hacer la denuncia… ni ellos mismos se ponían de acuerdo”.

Y entre todas las cosas que vivieron esos días, recordó “cuando vino el hombre de los perros que fue el único que dio una pista certera, que dijo que el radio de búsqueda era desde el lugar donde Sofía se perdió hasta la casa, eran tres cuadras que tenía que investigar la policía y no la gente, porque a la gente le abrían solo los que querían”.

Es que cuando golpearon en la casa de Janssen, “los perros ladraron pero no la revisaron, la pasaron por alto porque él decía que tenía muchos perros y por eso ladraban”, recordó.

Y afirmó que “si hubiera sabido antes que ahí vivía un violador, lo hubiera asociado. Ni bien me enteré de lo que hizo con Micaela (alrededor de las 11 horas), yo venía de la despensa, lo asocié, llamé a Marcelo (su ex marido) y él llamó a Gandino (comisario) para que se allanara. Recién a las 5 de la tarde entraron en la casa y ya el barrio estaba lleno de gente”.

Luego fue la pueblada, los cuestiones nunca aclaradas, los destrozos en la comisaría Cuarta del Menor y la Familia y de Tribunales.

Hoy, a tres años de la trágica desaparición de Sofía, están llevando adelante un juicio en el ámbito civil contra el estado de la provincia de La Pampa por daños y perjuicios.

En los últimos días desde la Justicia se convocó a la audiencia de conciliación de rutina que se realiza en los comienzos de la demanda. “Se presentó fue el juez Alonso, que dijo ‘yo no sé que hago acá’, y él fue quien había liberado a Janssen por los otros delitos de abuso. También se presentó Aberásturi, pero Salinas no fue ni ningún otro representante del estado”.


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