Ciclismo | El doblense Muller se quedó con el Tour de La Pampa
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Mauricio ganó el Tour de La Pampa 2015 de ciclismo. Segundo fue Pagani y tercero Barrientos. (Foto: El Diario LP)“Cuando vi que la carrera estaba controlada, ya sobre la mitad, empecé a pensar en mi mujer y en mi madre. Esta victoria, claro, es para ellas, y las madres que hay en mi familia”.
Mauricio Waldemar Muller se quedó con la edición 2015 del Tour de La Pampa con 3h31m13s.
A poco más de 80 kilómetros de donde vive, pero en su casa, La Pampa. De aquí se disparó al mundo, buscando un destino, acaso escribir una página mientras olfateaba el perfume del glamour del gran ciclismo mundial soñando estar adentro algún día. Nadie podrá reprocharle a Muller que no lo intentó. Fueron once años hasta este regreso.
De golpe hizo migas con Elías Pereyra, quien lo llevó al SEP de San Juan para aportar su experiencia. En Europa Muller se hizo un ciclista con clase, más allá de su perfil introvertido. Tiene motor, tiene resto y cuerda, pero por sobre todas las cosas, tiene pasta. Sólo debe dar ese paso, saltar el tapial y convencerse de que realmente es un ciclista en quien poder confiar.
Cuando el sábado ganó la etapa de La Araña, y este domingo por la mañana se adjudicó la CRI de 9 kilómetros con 9 segundos de diferencia sobre Cristian Ranquehue y 15 sobre su escolta en la general, Fede Pagani (finalmente segundo de la general), sentenció la historia. Era un Tour de La Pampa hecho a su medida, como si un sastre le hubiese diseñado por anticipado el maillot amarillo que le calzó como un guante.
En San Luis, con los grandes exponentes del mundo, Mauricio hizo historia con una monumental fuga en la segunda etapa del Tour, y cuando en la CRI clavó un muy buen tiempo. Pasta que se le dice. Hoy por hoy, es un ciclista completo que, con piernas frescas, pasa bien la montaña y es un gran contrarrelojista.
“Siempre es bueno empezar así, ganar en tu casa”, dice. “A veces es una incógnita lo que será la temporada, pero me cuesta muy poco ponerme bien físicamente. Quiero que sea una buena temporada, apuesto a eso. Vamos a intentar hacer con todo una buena Vuelta de San Juan, quizá Bragado, y el argentino de ruta, en la crono”.
En la avenida 13 de Caballería de Toay, y ante una muy buena cantidad de público, Muller tuvo tres lugartenientes de lujo: Cristian Ranquehue (incansable e inagotable obrero), Julián Barrientos y Elías Pereyra.
Con la ronda definida, sólo había pelea por el segundo lugar y la etapa al cabo de los casi 50 kilómetros. No hubo demasiado movimiento en el grupo. Apenas un par de intentos del JC y un pique de los SLST Giuliani Mini (una de las apuestas) y Gabriel Juárez. La fuga, ya en el cierre, se absorbió a cinco vueltas del final. Elías Pereyra puso full gas en cabeza de carrera, relevó Ranquehue y el grupo se partió, con Traico (con interés de pelear por el tercer ya descolgado). Barrientos quedaba, se ubicaba tercero en la general.
El grupo se redujo y quedaron los más poderosos. En la larga recta, Richeze, Quiroga y Pereyra se jugaban sus cartas. En un sprint limpio, Richeze se llevó a la Bestia Quiroga y le dejó vía libre a 100 metros de meta. Fácil para el chico del SLST que se lleva un consuelo, por delante de Elías, de gran esfuerzo, y el propio Richeze. Mientras, el sol iluminaba a Muller. El hombre que quiere aprovechar todo lo que sabe, una vez más, en las rutas argentinas. Empezar por casa siempre vale.
De golpe hizo migas con Elías Pereyra, quien lo llevó al SEP de San Juan para aportar su experiencia. En Europa Muller se hizo un ciclista con clase, más allá de su perfil introvertido. Tiene motor, tiene resto y cuerda, pero por sobre todas las cosas, tiene pasta. Sólo debe dar ese paso, saltar el tapial y convencerse de que realmente es un ciclista en quien poder confiar.
Cuando el sábado ganó la etapa de La Araña, y este domingo por la mañana se adjudicó la CRI de 9 kilómetros con 9 segundos de diferencia sobre Cristian Ranquehue y 15 sobre su escolta en la general, Fede Pagani (finalmente segundo de la general), sentenció la historia. Era un Tour de La Pampa hecho a su medida, como si un sastre le hubiese diseñado por anticipado el maillot amarillo que le calzó como un guante.
En San Luis, con los grandes exponentes del mundo, Mauricio hizo historia con una monumental fuga en la segunda etapa del Tour, y cuando en la CRI clavó un muy buen tiempo. Pasta que se le dice. Hoy por hoy, es un ciclista completo que, con piernas frescas, pasa bien la montaña y es un gran contrarrelojista.
“Siempre es bueno empezar así, ganar en tu casa”, dice. “A veces es una incógnita lo que será la temporada, pero me cuesta muy poco ponerme bien físicamente. Quiero que sea una buena temporada, apuesto a eso. Vamos a intentar hacer con todo una buena Vuelta de San Juan, quizá Bragado, y el argentino de ruta, en la crono”.
En la avenida 13 de Caballería de Toay, y ante una muy buena cantidad de público, Muller tuvo tres lugartenientes de lujo: Cristian Ranquehue (incansable e inagotable obrero), Julián Barrientos y Elías Pereyra.
Con la ronda definida, sólo había pelea por el segundo lugar y la etapa al cabo de los casi 50 kilómetros. No hubo demasiado movimiento en el grupo. Apenas un par de intentos del JC y un pique de los SLST Giuliani Mini (una de las apuestas) y Gabriel Juárez. La fuga, ya en el cierre, se absorbió a cinco vueltas del final. Elías Pereyra puso full gas en cabeza de carrera, relevó Ranquehue y el grupo se partió, con Traico (con interés de pelear por el tercer ya descolgado). Barrientos quedaba, se ubicaba tercero en la general.
El grupo se redujo y quedaron los más poderosos. En la larga recta, Richeze, Quiroga y Pereyra se jugaban sus cartas. En un sprint limpio, Richeze se llevó a la Bestia Quiroga y le dejó vía libre a 100 metros de meta. Fácil para el chico del SLST que se lleva un consuelo, por delante de Elías, de gran esfuerzo, y el propio Richeze. Mientras, el sol iluminaba a Muller. El hombre que quiere aprovechar todo lo que sabe, una vez más, en las rutas argentinas. Empezar por casa siempre vale.
El Diario LP
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