Santa Rosa | Crimen de Villa Martita: en medio del alegato del fiscal "Coco" López arrojó una silla

MIRÁ EL VIDEO El caso del Crimen de Villa Martita entró en la recta final. Hoy se desarrollaron los alegatos de las partes. El fiscal Guillermo Sancho pidió que los tres imputados sean condenados a perpetua. Uno de los acusados, Diego López, arrojó una silla contra el fiscal y los querellantes. Fue cuando dieron a conocer escuchas telefónicas, donde llegó a admitir que había cometido dos asesinatos. Uno tendría que ver por este caso. ¿Y el otro?


La audiencia de los alegatos se desarrolló desde las 9. Los jueces del Tribunal de Audiencia -Andrés Olié, Carlos Besi y Carlos Fernández Articó- deberán posteriormente fijar una fecha para la lectura de la sentencia.

Una de las principales escuchas telefónicas, donde López admite el asesinato en comunicación con su pareja. "Yo fui y maté al viejo chupa... ese y ahora fui y maté a la mina", dijo.

Sancho dijo que son culpables. “No tenemos duda de que podemos probar que los acusados tuvieron intervención en el hecho”, dijo.

Mientras se daba a conocer un audio entre el supuesto autor material del hecho y su pareja, uno de los acusados, Diego López, se levantó y arrojó una silla en medio de la sala que terminó contra los escritorio del fiscal y del abogado querellante.

El golpe de la silla derramó dos vasos de agua: uno cayó sobre el piso y el otro sobre una carpeta del querellante. El agresor fue reducido y el tribunal decidió que el juicio entrara en un cuarto intermedio, pero luego de algunos minutos se reanudó. Durante la continuidad de su alegado (López no volvió a la audiencia) el fiscal Sancho pidió prisión perpetua para todos los acusados.

López ya había protagonizado un episodio similar durante la formalización del caso: en esa oportunidad se levantó abruptamente de la silla y señaló con el dedo índice el fiscal.

Los alegatos

Este lunes, desde las 8:30 horas, se escucharon los alegatos de las partes en el juicio oral y público a los tres acusados por el crimen de Villa Martita, Diego “Coco” López, Gastón Nicolás Soria, y Carlos Luján Sosa, imputados como el ejecutor, el encargado de trasladarlo y el autor material del hecho. La querella y el fiscal Guillermo Sancho pedirán una pena de prisión perpetua y las defensas irán por la absolución, aunque, subsidiariamente, intentarán atemperar una eventual condena.

El 14 de mayo del año pasado, a la noche, cuando ingresó en su camioneta al patio de su casa en avenida Illía 2026, Eduardo Ros (64), recibió un disparo en el rostro. El sicario usó una papa como silenciador en el caño del arma. Luego disparó a quemarropa en la nuca de Griselda Fuentes Cabal (31), la pareja de Ros, que murió casi en el acto.

El atacante intentó rematar al empresario con un disparo en el piso. Sin embargo, Ros sobrevivió y pudo llamar por teléfono para pedir ayuda. Un motorista policial que demoró minutos antes del crimen a una persona que le pareció sospechosa, estacionada en un auto a una cuadra y media del lugar, posibilitó la detención de los autores del hecho. En el celular de Gastón Soria, los pesquisas descubrieron mensajes de texto que fueron la punta del ovillo para orientar la investigación hacia un crimen por encargo.

El fiscal dijo que quien ejecutó el disparo no habló durante el ataque. “Esto descarta cualquier tipo de susto o cualquier amedrentamiento o robo. El motivo era matar a los dos”, sostuvo. “Fue un ataque artero, sorpresivo y sin mediar palabra. Fueron a ejecutarlos”, expresó Sancho.

¿Qué pruebas hay contra los acusados? Tres jóvenes dijeron en el juicio que Sosa y Soria los habían contactado días previos al crimen porque necesitaban "asustar" a Ros. Les prometieron entre 15 mil y 20 mil pesos. Ninguno de ellos aceptó.

También hay escuchas telefónicas entre López y su mujer, e intercambio de mensajes de texto de celulares entre los imputados. Además se encontraron pelos de "Coco" López en el auto de Soria, pese a que dijo que no lo conocía.

Incluso, los investigadores hallaron una bolsa de papas en el mismo automóvil: para "amortiguar" el ruido, el asesino usó papas que colocó en el caño de su revólver. "¿Cuál es el fin de colocar una papa? Disminuir el sonido de la explosión (del arma)", manifestó el fiscal.

¿Cuál fue el papel de Soria? “Su trabajo era trasladar a la persona en su auto Fiat hasta el lugar de los hechos”, dijo el fiscal. “Fue el único de todos los acusados que fue demorado en el lugar de los hechos. Cuando pasa la casa de Ros, dobla en la calle Evangelista, estaciona y apaga el motor. Espera allí a López”.

Resaltó la intervención de un policía que, a bordo de una moto, observó a Soria dentro del auto. “El motorista Torres, al observar ese vehículo, actuó correctamente, legalmente, eficazmente. Le llamó la atención ese vehículo. Estaba parado a las 11 de la noche y con una bolsa en la patente delantera. Minutos después, surge que había disparos en la casa de Ros y toman conocimiento del hecho criminal”, sostuvo. Fue inmediatamente detenido.

Los policías le secuestraron a Soria un teléfono celular. “Es clave para dilucidar este hecho criminal”, expresó.  Soria, en ese celular, recibió tres llamados de Sosa minutos previos al asesinato. “Eso significa que Sosa controlaba los movimientos de Ros”.

Además, se basó en la rueda de reconocimiento que pidió el propio Soria. “Soria sindica a López como la persona que llevó a lo de Ros para hacer el trabajo”, manifestó.

La agenda secuestrada en el auto también es clave. “Se hicieron análisis y el perfil genético es compatible con el de Diego López”, sostuvo. “El rastro de ADN estaba ahí porque esa noche lo subió al auto y lo llevó a la casa de Ros”. Además, un pelo hallado el apoyacabeza del asiento del acompañante era de López.

Soria fue “una pieza elemental” en este hecho, sostuvo Sancho. Fue el encargado de buscar quién iba a asesinar a la pareja. “Soria, de este hecho, no se enteró minutos antes o después. Se enteró semanas antes, por lo menos diez días antes. Porque su trabajo fue reclutar gente”, expresó. Se apoyó en el testimonio de tres jóvenes, que en el juicio dijeron que habían sido contactados para atacar a Ros.

El fiscal dijo, por otra parte, que no hay dudas de que el autor intelectual fue Sosa. Contó que entre él y Ros hubo un negocio. “Fue la compra de una vivienda, propiedad de Alfredo Rincón. En esa operación aparece la hermana de Sosa, Nélida, y como compradora aparece la pareja de Ros”, contó.

“¿Puede ser este el motivo por el cual Sosa mandó a ejecutar este hecho? Yo creo que sí. Y Ros, que en su momento no lo advirtió, nos contó que el día domingo anterior del hecho Sosa se presentó en su casa y le habló de su negocio, cuando ya estaba prácticamente listo. También le llamó la atención que el hijo de Sosa fue al comercio de Ros e insistió con el tema pese a que, reitero, ya estaba prácticamente listo”.

“No sé qué negocio hicieron. No sé si fue un buen o mal negocio para alguna de las partes. Lo que sí sé es que estaba involucrado Sosa”, expresó el fiscal.

“Uno se pregunta si fue ejecutado para no hacer la escritura. Posiblemente. O fue ejecutado por venganza. Posiblemente. Pero seguramente el único que tenía un motivo era Sosa”, expresó.

Además, se apoyó en escuchas telefónicas posteriores al ataque, entre “Coco” López -que ya para ese entonces estaba detenido- y su pareja Johana. Según contó el fiscal a partir de esas escuchas, familiares de Sosa iniciaron incluso el pago a López, a través de Johana. El pago lo hizo un hijo de Sosa, aseguró.

López le comentó a su pareja, en esas comunicaciones telefónicas, que controlara cuánto le pagaban. “Le dijo a su pareja que anotara cuánto le iban pagando. Ella le dijo, en su momento, que ya iban 40 mil pesos. Continúan pagando; es, decir, cumplen con lo pactado antes del hecho. Le estaba pagando lo que se había comprometido y también le estaba pagando el silencio”, dijo. "Incluso, en esas mismas escuchas le dijo que un hijo de Sosa iba a tratar de pagarle a Soria para que cambiara su declaración original, en la que lo involucraba”.

“No hay dudas de que Sosa organizó, planificó y mando a matar a la pareja”, manifestó el fiscal. “Era el único que tenía un motivo, por más deleznable que fuera, para cometer este hecho. Y no era un susto. Era ejecutar a los dos”.

A su vez, López está involucrado por varios puntos. “Por la rueda de personas que llevara a cabo Soria. Ahí lo marca como la persona que dejó en la casa de Ros. Eso lo ubica como autor material del hecho”, sostuvo. También se apoyó en las muestras de ADN que lo sitúan dentro del auto de Soria.

Posteriormente, el fiscal hizo escuchar los audios de López y su esposa. Uno de los momentos más dramáticos fue cuando López admite dos crímenes. “Yo fui y maté al viejo chupa..... ese (NdeR: en la sala de audiencia sobrevoló el caso de Oscar Sol, muerto en Santa Isbael, donde López estuvo acusado y fue liberado) y ahora a este mina por vos”, llegó a decir en uno de los diálogos. "A mí no me interesa, mato a quien yo quiero", sostuvo en otra escucha.

En ese marco, López se levantó intempestivamente y arrojó una silla contra el fiscal Sancho y los querellantes César Augusto Rodríguez y Natalio Perés. Fue retirado de la sala y, luego de un cuarto intermedio, ya no volvió al juicio.

El fiscal Sancho posteriormete dijo que “no quedan dudas de que esto fue un crimen por encargo” y por eso solicitó condenas de perpetua.

El fiscal, finalmente, pidió la condena a perpetua a los tres. A Soria como partícipe primario, a Sosa como instigador o autor intelectual y a López autor material de los delitos de "homicidio doblemente calificado, por precio o promesa remunerativa, con uso de arma de fuego, en perjuicio de Griselda Fuente, en concurso ideal con homicidio doblemente calificado por haber sido cometido por precio o promesa remunerativa, con uso de arma de fuego, en grado de tentativa por Ros".

El querellante Guillermo Perés –acompañado por César Augusto Rodríguez- coincidió con el pedido del fiscal de perpetua. “El señor fiscal ha llevado una muy buena investigación”, valoró.

En tanto, los defensores Gastón Gómez –abogado de “Coco” López, Carlos de la Vega y Román Fiorucci –de Sosa- y Jorge Tanus Maffud –de Soria- reclamaron la absolución.

Gómez trató, por ejemplo, de atacar los procedimientos que terminaron con la detención y procesamiento de su defendido, López, y los otros dos imputados. “Superaron sin tapujo cualquier garantía constitucional que tuvieran por delante”, dijo. Por ejemplo, cuestionó que Soria haya sido detenido aún antes de que se cometiera el hecho, cuando se encontraba en su auto estacionado a la vuelta de la casa de Ros. La intención es que se nulifique su detención y su declaración inicial para que la causa se caiga.

“El cimiento de esta causa ya está contaminada, porque en el caso de Soria no había indicios de flagrancia ni de cometer algún hecho porque no se había cometido. Por eso la Policía no estaba habilitado a detenerlo y esposarlo”, sostuvo. "Así, el cimiento de todo esto está viciado y por eso debe caer".

Cuestionó también cómo se obtuvieron las pruebas para los análisis de ADN y cómo se hicieron con los testimonio  tres testigos que dijeron que Sosa y Soria estaban buscando a un sicario. “Fueron apretados, desde que los va a buscar el jefe de la Brigada de Investigaciones y se los lleva y pasan 12 horas en la Brigada. Si eso no es conseguir la declaración de las personas en forma irregular, no sé qué es…”, manifestó.

Incluso, cuestionó las intervenciones telefónicas. “Las intervenciones telefónicas, como la detención de personas, tienen formas y modos de cómo ingresar a esas intervenciones telefónicas”, sostuvo. “Esas comunicaciones se dan dentro de un ámbito de intimidad; en esas circunstancias de privacidad, para su incorporación a la escucha debe haber una fundamentación razonada del juez: no hay una fundamentación de la intervención”, expresó. “Esa falta de fundamentación de la intervención hace caer todas las escuchas”, lanzó.


El Fiscal pide perpetua, la defensa, absolusión

El fiscal Guillermo Sancho pedirá condenas para los tres acusados por el delito de homicidio e intento de homicidio doblemente agravado por pago y el uso de arma de fuego.

En el caso de López y Sosa, solicitará prisión perpetua por considerarlos autor material e intelectual, respectivamente. Eso significa 25 años de cárcel.

En el caso de Soria hay una duda: podría pedir la misma pena como partícipe necesario (esa figura apunta a que el crimen no pudo haberse cometido sin su colaboración) o, si lo imputa como partícipe secundario, menguar la pena prevista en un tercio.

Los querellantes César Rodríguez y Natalio Perés pedirán la pena más dura para los tres.

Los defensores ya adelantaron que irán por la absolución por falta de pruebas o supuestas irregularidades de procedimiento.

El defensor de López es el abogado Gastón Gómez. A Sosa lo defienden Amilcar Fiorucci, que podría plantear subsidiariamente una condena menor, con el argumento de que los testigos que pasaron por el juicio mencionaron que se encargó un “trabajo” para “asustar” a la víctima pero aclararon que no se habló de matarla. El defensor de Soria, Horacio Tanus Maffud, dirá que su defendido solo trasladó a López pero no sabía que este iba a cometer un crimen.





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