Sidra reloaded: de las clásicas a las nuevas sidras de alta gama

Con la sidra está pasando algo notable: de categoría muerta pasó a un reverdecer interesante que augura nuevos sabores. En esta reseña, una hoja de ruta por precio. (Foto: Planeta Joy)

En los últimos años la sidra era una bebida que había ocupado la mesa de los argentinos pero que se mostraba en franca retirada.

Pero la cosa cambió mucho. De la mano de nuevos jugadores, como CCU que adquirió la Victoria y Real, comenzó una movida por revitalizar la sidra. 
 
Primero, con productos más sanos y una publicidad enfocada en un consumo nocturno: la sidra, según el nuevo paradigma, se toma con abundante hielo en vaso alto. Segundo, porque aparecieron nuevas categorías de producto, como las sidras secas.

Y así, en los últimos años, algunas economías regionales –como la del Alto Valle- volvieron a ponerle fichas a la sidra y ahora llegan a la mesa algunos productos excelentes. 
 
En la nueva movida de la sidras, además de grandes players que empujan la categoría, la cosa más interesante viene de la mano de pymes familiares que se enfocan –como hizo el vino hace una década- en producir calidad: ejemplos serían UnMito, Ramanegra, Pülku y Los Amayas.

Si tenés ganas de probar una rica sidra, podés elegir entre las que se detallan a continuación: cada una tiene su lugar en la góndola. Vos sabrás cuál es la que mejor se ajusta a tu bolsillo.

Sidra Tunuyán (etiqueta blanca 720cc, precio aprox. $13): esta marca siempre ha sido fiel a sus consumidores, con una ecuación calidad precio de las más competitivas. Elaborada en el Valle de Uco con manzanas de la zona –al menos técnicamente- ofrece un combo fragante que recuerda a manzanas rojas y en boca es dulce, con un suave perfume. Dulce medido, al rato, cuando se orea y calienta apenas, puede resultar algo medicinal. Mejor beberla bien fría.

La Victoria (etiqueta blanca 720ml precio aprox. $16 ): clásica de fin de año, esta sidra entra en el combo de las que fueron reacondicionadas. El dato a tener en cuenta es la fecha de vencimiento: para que esté en perfecto estado, la que compres hoy debe vencer en 2016. Sólo así te garantizarás que esté frescas y que ofrezca su suave perfume de frutas y el paladar dulce, de acidez moderada y burbuja suave. Por su precio, es buena para brindis grandes.

Sidra Real (etiqueta blanca 720ml precio aprox. $19): de la mano de CCU, empresa líder en distribución de bebidas, Sidra Real encabeza la reinvención de la sidra. Para eso lanzó porroncitos de 330, se tira en bares y además le cambió la imagen. El combo ideal, es beberla con mucho hielo, como una bebida típicamente piletera. Así tira toda la noche con renovada frescura. De burbuja muy suave, acidez media y fresco justo, es una sidra sutil que le viene bien al paladar universal.

Apple Storm Cider (330cc, precio aprox. $9): este producto inauguró las sidras secas en nuestro mercado, es decir, de estilo inglés. El punto es que evita la dulzura como principal recurso y pondera un ligero amargor que será favorito de los bebedores de cerveza. De paladar tirantón, resulta algo secante en las encías (le da carácter), de forma que fría es una bebida que calma la sed. Perfume de manzana, moderado. Es un rico trago cuando se llega a casa después de un día de trabajo.

Los Amaya (750cc, precio aprox. $45): emblema de las sidras de calidad elaboradas en partidas limitadas, Los Amaya se produce en Mendoza con manzanas Red y Granny Smith de Uco y también de Calingasta, San Juan. Su principal virtud es el sabor diáfano de manzanas frescas, su dulzura pronunciada y cierta acidez elevada que viene a contrastar y a darle profundidad. Con todo, es una sidra excelente para el brindis, que sorprenderá a los paladares cultivados, sobre todo.

Pülku Seca (750, precio aprox. $50): este año vio la luz esta nueva sidra. Elaborada por un matrimonio en Villa Regina, Río Negro, con manzanas de su chacra, Pülku se propone como una sidra para entendidos. Y lo logra, precisamente por su combo de sabor y estilo. Entre las dos que producen, me quedo con la sidra seca, que es más sorprendente. El perfume frutal es logrado e intenso. Su frescura y sabor le gustará a todo el mundo.

Saenz Briones 1888 (750cc, precio aprox. $46): esta es una de las sidras que apostó desde hace rato por competir con vinos espumantes. El tema es que, por su precio, está lejos del grueso de consumidores. Precisamente por ello consiguió mantener viva una demanda de calidad. Es fragante, de aromas de manzana y trazos exóticos. Al paladar ingresa con buena mousse, que recuerda a un champange de paso amplio. Rica, dulce y con cierta chispa de refrescancia, es un buen sustituto para quienes encuentren ácidos a los espumosos locales.

Ramanegra (750cc, precio aprox. $70): En un estilo muy seco para el mercado doméstico -tiene unos 20 gramos de azúcar- es fragante y frutosa, con recuerdos de manzanas frescas. Como está elaborada por el método de fermentación en botella -como un champagne- la burbuja es fina y el tacto algo escueto, pero sin dudas una excelente sidra que viene a ocupar un lugar que estaba vacante en el mercado local. Será la favorita de quien encuentre en las sidras comunes un paladar demasiado dulce y de quienes tengan el sabor de las manzanas grabado en la memoria.

UnMito (750cc, precio aprox. $140):  Está elaborada por el método champenoise, viene en una elegante botella oscura y ofrece lo mejor del perfume frutal, con un convincente trazo de manzanas. Provienen de Río Negro y llega a los 7% de alcohol. El precio resulta un poco prohibitivo para un sidra, pero se vende.
 
Planeta Joy

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