General Pico | El director golpeado analiza dejar la docencia

El director del Colegio Secundario “Zampieri y Quaglini”, profesor Daniel Guembe, anticipó a El Diario que se replantea si continuara o no ejerciendo la docencia, después de ser agredido el viernes último por el padre una alumna. (Foto: El Diario LP)

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Mientras se recupera de las secuelas físicas y psicológicas, el educador analizó la acusante situación de violencia que se vive en los colegios y sostuvo que “el paragolpes de la escuela somos nosotros, los docentes”. Agradeció el apoyo de sus pares y pidió acciones del gobierno.

Notablemente sensibilizado por lo ocurrió, el profesor Guembe dialogó ayer con un cronista de este medio, al que informó que aún se encuentra “trastocado un poco. Por ahí en los físico no fue demasiado, en el sentido que tuve suerte y no hubo fractura ni perdidas dentarias, pero la parte psicológica es la más afectada, porque te tenés que replantear que hay de acá para adelante”.

“Yo llevo 27 años de docencia y es la primera vez que tengo episodio físico, de agresión. Por ahí he tenido encontronazos, discusiones, padres enojados, pero siempre primó la cordura de poder a través de las palabras resolver las cuestiones. Este hecho me toma totalmente desprevenido, porque la verdad que no pasa por la cabeza nuestra resolver las cuestiones a las piñas”, contó el director.

Familia conflictiva

Sobre el caso puntual, el entrevistado explicó que la sanción que se aplicó a la hija del agresor fue porque “es una alumna que tiene conductas agresivas y ha generado varias peleas, tanto el año pasado como este. Consultados los distintos actores dela escuela, celadores, equipos directivos, profesores y demás, se resolvió finalmente por una suspensión”.

Ante esto “se lo cita la padre telefónicamente, donde algún adelanto se le da, y ahí ya este señor empezó a amenazar que iba a venir y que iba a cagar a palos al director”. Minutos después de la amenaza el agresor “llegó a la escuela bastante sulfurado e ingresó a la dirección convocado por mí, empezamos a dialogar y no hubo dos o tres palabras que ya se puso agresivo, me pecho, me empujó, finalmente intentó hablar una poco más, pero no en buenos términos”.

Como la situación se pudo muy tensa, las faltas de respeto no cesaron y era imposible entrar en razón al padre, Daniel Guembe le solicitó “que se retire de la dirección y el establecimiento, ahí se pone más tenso y más agresivo. Finalmente me reconsulta si la hija estaba suspendida, ante la afirmación que sí, que estaba suspendida por tres días, sin mediar palabra me agrede, me pega un piñón en pleno rostro, ahí trastabillo y supongo, porque tengo un chichón en la nuca, que me golpee con algo al caer”.

El director del Zampieri y Quaglini aclaró que no se trató de un hecho aislado, sino que es parte de “una problemática bastante reiterada desde al año pasado, se alternan en algunos momentos la presencia de la madre y en otros la presencia del padre, pero siempre en malos términos, con mala actitud, y siempre proyectando la cuestión hacia el otro y no asumiendo las responsabilidades o las cuestiones de base que evidentemente subyacen en su familia”.

Inclusive, reveló que a poco de asumir como director “el año pasado en algún hecho este hombre vino y tuvo alguna discusión subida de tono y alguna escaramuza de amagar y demás en la dirección”.

Replanteo

Al ser consultado sobre cuál es su futuro profesional a partir de lo ocurrido, el educador comentó que se encuentra “en stand by” y que se tomará esta semana “para acondicionarme psicológica y físicamente primero, y después para asesorarme judicialmente con un abogado”.

“Hoy por hoy, después de tantos años, me replanteo de que por ahí ya terminó la carrera docente y tengo que buscar alternativas en emprendimientos privados o como tantos otros recurrir a las tareas pasivas, que por ahí para mí no es lo más lindo”, admitió.

Indicó que este análisis de su situación profesional está motivado no solo por esta agresión, sino por “la falta de respuestas efectivas”, ante “situaciones abundan todos los días”, por lo que siente que “no tengo garantías de nada, de que no vuelva a ocurrir el hecho, no hay filtros, no hay equipos que puedan atender la problemática de manera rápida, entonces es como que el paragolpes de la escuela somos nosotros, los docentes”.

Recordó que su pensamiento “es una percepción generalizada” que comparten muchos educadores, porque “este año ya hubo varios hechos, con la agresividad que tienen los alumnos tengo parte del personal que ha recibido alguna agresión o algún rasguño por separar o por mediar”.

Guembe pidió al gobierno encarar la problemática del consumo de estupefacientes en los alumnos “más integralmente”, con “acciones más correlativas y continuadas en el tiempo”, en función de poder “resolver la cuestión individual del alumno que está afectado y cortar los canales de comercialización externos a la escuela”.

Por otro lado, “la cuestión de la violencia necesita una respuesta mucho más expeditiva, porque es muy rápida la reacción y la consecuencia”, consideró. Por último, agradeció el apoyo a todos los docentes de su colegio y otras instituciones que lo apoyaron, mientras que destacó la “movilización que está empezando a tomar la cuestión”. Aclaró que si bien también agradece a UTELPa, está disconforme con que se carguen tintas contra el Municipio, cuando “las respuestas a esta cuestión tienen otro nombre y apellido y a otro nivel”.

El Diario LP