Santa Rosa | Inician sumario a la División Accidentología

Lo decidió la Jefatura de Policía luego del accidente protagonizado por Javier Catoni. Es por la sospechosa actuación en el grave siniestro vial ocurrido el pasado 4 de mayo. Más allá del expediente policial, la causa judicial sigue en marcha. En diálogo con El Diario, el jefe del área -comisario Darío Martínez- admitió “errores” en el procedimiento. (Foto Arch.: El Diario LP)


Finalmente, la Jefatura de la Policía de La Pampa decidió iniciar un sumario administrativo a la División Accidentología para conocer detalles de la sospechada actuación de algunos integrantes de esa dependencia luego del siniestro vial que le causó graves heridas a una mujer y que fue protagonizado por Javier Catoni, un hasta ahora desconocido experto en “seguridad” y “consultoría en investigación”.

La novedad fue confirmada  El Diario por el jefe de Accidentología, el comisario Darío Martínez. “Es para investigar la actuación y deslindar o adjudicar responsabilidades... no es a nadie en particular, sino a toda la división en general”, admitió.

El uniformado también dio su versión de los hechos. Contó que el día del accidente, durante su declaración ante la Policía, Catoni dijo que era “productor agropecuario”. Además, admitió como un “error interno” el hecho de no haber esperado el parte médico oficial.

Luego del siniestro vial, a Catoni le entregaron su camioneta y se la llevó en una grúa particular a un taller de chapa y pintura. Ese hecho nunca tendría que haber ocurrido dada la existencia de heridas graves en dos de los involucrados. El vehículo fue secuestrado dos días después por orden del fiscal Máximo Paulucci, cuando la dimensión del accidente había trascendido en los medios y en las redes sociales.

A partir de ahí, y de otros detalles, en la historia del grave accidente entre un automóvil Duster y una camioneta Amarok sobran las sospechas y anomalías, sobre todo quedó en el centro de la escena el comportamiento del personal de Accidentología, que actuó como si quisiera que el hecho quedara en la nada y que no se reportaran las heridas graves para “garantizar impunidad”. Por eso es que se inició el sumario administrativo.

El conductor de la Amarok gris -que no tenía chapas patente ni atrás ni adelante- es Javier Catoni, tiene 42 años y se dedica a tareas de seguridad e inteligencia. La víctima que sufrió las heridas graves es Marcela Chapalcaz, esposa de Gustavo Laurnagaray, un periodista de este diario.

El hecho de que Laurnagaray sea cronista de un medio posiblemente ayudó para que tuviera sobre el caso una mirada especial y pudiera revelarse públicamente -entre otras cosas- cómo actuaron los policías. Es un misterio si estas conductas son, en realidad, habituales y no trascienden.

El hecho ocurrió el pasado 4 de mayo, alrededor de las 18 horas, en la esquina de Crispiniano Fernández y Pérez. Además de Marcela Chapalcaz, en el Duster iban también Raúl Chapalcaz y Marta Zabala, los padres de Marcela, y Aylén (ocho años, hija de Marcela). La familia buscó testigos por varias vías. Y en esa búsqueda conocieron que Catoni había iniciado, varias cuadras antes del siniestro, una “carrera criminal” (ver recuadro).

De campesino a experto en seguridad


- ¿Cuál es su versión como jefe de Accidentología del accidente protagonizado por Catoni?, le consultó El Diario al comisario Martínez
- ¿Vos tenés tiempo? Yo te explico esto desde el minuto cero. Ocurre el accidente, va un móvil de la (Seccional) Segunda y después llegamos nosotros. Cuando llegamos nosotros, Catoni se baja, llega la ambulancia, se asiste a las personas heridas y se determina que son cuatro. La nena sale caminando y se la llevan los familiares. Cuando estamos en el lugar hacemos todas las diligencias correspondientes: que viniera Criminalística, los peritos, se tomaran las medidas, etc. Al rato, se manda una patrulla policial al hospital para conocer la magnitud de las heridas de los involucrados. Nos contactamos con la guardia policial (del Molas) y desde la guardia nos dicen que todavía no están los resultados, que están revisando a los heridos. Debido al fierrerío (sic) se pregunta si había riesgo de vida en las personas. Nos dicen que no. Perfecto. Seguimos con las diligencias. Por supuesto que todo esto es narrado por gente de mi confianza porque yo no estuve en el lugar. Cuando estaban por levantar todo, se vuelve a enviar una patrulla al hospital y nos vuelven a repetir que tampoco tienen nada y que tienen la guardia muy saturada. Incluso nos encontramos con un problema que era que la grúa que nosotros tenemos para estos casos (para trasladar los vehículos siniestrados) estaba rota y el servicio que presta la Municipalidad, muchas veces, durante la noche no anda. Entonces, se entregan los vehículos a las partes, pero se les da expresa instrucción de que no pueden tocar ni alterar nada hasta nuevo aviso. Posteriormente, a nosotros nadie nos avisa de la cantidad de lesiones ni de la magnitud de las lesiones. Por eso es que se inicia un expediente simple. Pero todas las cosas relacionadas con un accidente se hicieron, incluso el test de alcoholemia (a Catoni), que le dio resultado “cero alcohol”.

- Hay sospechas y versiones de que Catoni retiró elementos que había arriba de la camioneta. ¿Ustedes lo conocían, el oficial de turno sabía quién era Catoni?
- No me consta que se haya llevado nada. De esas versiones que circularon, de una caja negra y otras cosas no tengo ni idea. El único movimiento que se pudo haber mal interpretado, creo yo, ahora con los hechos analizados, es que cuando llegó el oficial le dio la mano a Chapalcaz y después le dio la mano a Catoni. Y quizás ese gesto, ese saludo, dio pie a todo lo otro. A mí me molesta mucho que se mezcle todo esto con la vida privada de Catoni. Ni yo ni los oficiales de Accidentología sabíamos quién era Catoni. Incluso antes del personal nuestro, había personal de la Segunda y a nadie le consta que se haya sacado algo de la camioneta. Me pareció muy bien lo que hizo Laurnagaray de salir a buscar testigos, realmente es para copiar lo que hizo, porque eso es algo que no nos pasa habitualmente a nosotros. Nos cuesta mucho encontrar testigos de estos hechos. Bienvenido sea que lo haya hecho. Es después de eso que nosotros nos enteramos del currículum que tiene Catoni.

- ¿A qué dijo que se dedicaba cuando lo entrevistó el oficial? ¿Qué argumento dio de la falta de patente en su camioneta?
- No argumentó nada, no dijo nada de la patente... Yo, de hecho, tenía que se dedicaba al tema agropecuario porque eso es lo que dijo, que era campesino (sic).

- ¿Que era campesino, así dijo?
- Sí, que se dedicaba a la parte agropecuaria, que era algo así como productor agropecuario, o algo por el estilo. A ver, yo reconozco que hubo un error de parte nuestra de no esperar el parte médico oficial como ocurre casi siempre. Y tendré que sancionar al oficial por no haber esperado el parte. No supimos esperar el parte médico, pero que se entienda que no fue con la intención de favorecer a Catoni porque todo pinta que sí (sic) pero no fue así... Sinceramente, es un tema que nos tiene preocupados porque nosotros, yo, mi personal y muchos otros colegas, estamos siempre trabajando para mejorar nuestra institución... la institucionalidad de la Policía nos interesa permanentemente, porque la función nuestra es darle valor a la institución, es nuestra obligación.

- Si habían dicho que no tocaran los vehículos, ¿por qué Catoni sí lo hizo?
- Se lo dijimos en ese momento, pero él lo hizo después de las 48 horas cuando va hacer la exposición y se inicia el expediente simple porque nadie nos avisa del estado de los heridos. A mí me consta eso porque fue personal policial a averiguar al hospital y nunca nos dijeron nada. Es verdad que siempre hay que esperar los informes médicos pero, como dije anteriormente, no se hizo y se cometió un error en ese sentido, pero no con la idea de beneficiar a nadie. Acá también hay que tener en cuenta que falla el hospital. Nosotros nos enteramos de la lesiones una vez que el abogado de la familia accidentada va y se presenta como querellante particular. Pero va directamente a la Fiscalía, sin comunicarnos nada a nosotros. Lo mismo que te estoy contando a vos ya se lo dije al fiscal. De hecho después, cuando se secuestra la camioneta de Catoni, se secuestró la defensa que quedó cargada en la caja de la camioneta y podrá usarse como prueba. El trabajo nuestro se hizo. La única cuestión fue que a nosotros nadie nos dijo nada de las lesiones y después se generó toda esta situación.

El Diario LP

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